Hacer en el mejor de los casos sesenta camas al día; limpiar los azulejos del lavabo o los cristales de casi una treintena de habitaciones; o arrastrar un pesado carro con productos de limpieza de una planta a otra, acaba pasando factura. Una factura física que pesa sobre la espalda de cientos de mujeres que en Benidorm y el conjunto de la provincia de Alicante se ganan la vida como camareras de piso. «Las kellys» de la ciudad turística, el colectivo que agrupa a muchas de estas mujeres, «las que limpian», han logrado que la Generalitat Valenciana atienda una de las reivindicaciones históricas de sindicatos y de decenas de empleadas en esta categoría laboral para estudiar las secuelas físicas que el trabajo acaba generando en la mayoría de ellas.

El Instituto Valenciano de la Seguridad y Salud en el Trabajo (Invassat) va a llevar a cabo un estudio ergonómico que permita poner negro sobre blanco los ritmos de trabajo que soportan a diario las limpiadoras de hotel y las principales dolencias que afectan a este colectivo, uno de los más numerosos dentro de la industria turística. Así se lo hizo saber ayer la directora general de Trabajo de la Generalitat Valenciana, Cristina Moreno, a distintas representantes de «Las Kellys» de Benidorm, con las que Moreno mantuvo un encuentro en la ciudad para abordar algunos de los problemas de ámbito laboral a los que se enfrentan en su día a día.

La propia directora general explicó que, hasta la fecha, el Invassat ya está trabajando en una campaña específica dirigida a este colectivo, que se completará ahora con el estudio que se pretende llevar a cabo. El mismo incluirá, a partir del próximo mes de junio, visitas a distintos establecimientos hoteleros por parte de los técnicos de este instituto, con el fin de ver a las mujeres trabajar in situ y conocer de primera mano sus condiciones laborales y los medios de los que disponen.

Primer peldaño

La elaboración de este estudio es un primer paso de cara a abordar en un plano más amplio las enfermedades profesionales asociadas al colectivo de «las kellys». «El objetivo es empezar a trabajar conjuntamente para poder abordar este estudio en términos ergonómicos y ver la posibilidad de prevenir algunas de estas dolencias, previo a un paso mucho más largo y más complejo que sería el de definir una enfermedad laboral», explicó Cristina Moreno. La responsable autonómica de Trabajo, además, indicó que, en muchos casos, los dolores de las camareras de pisos son causados por «movimientos muy repetitivos, con cierto esfuerzo y realizados de una forma rápida, porque como todos sabemos el tiempo que tienen para limpiar cada habitación es cada vez más limitado».

Los dolores musculares en hombros, cuello y brazos u otras dolencias como ciática o lumbalgia, son algunos de los males más frecuentes, según explicó Yolanda García, una de las portavoces de esta agrupación en Benidorm que participó ayer en el encuentro con Cristina Moreno. Aunque no hay fecha sobre cuándo estará finalizado este estudio y cuándo podrán comenzar a aplicarse sus recomendaciones, tanto la directora general como la portavoz de «las kellys» coincidieron en afirmar que «ya era hora» de que se abordara esta cuestión: «Si los camioneros y el conjunto del gremio del transporte, en su mayoría hombres, hace tiempo que consiguieron que se les reconozcan los dolores de espalda como enfermedad profesional, ¿por qué en nuestro caso se ha tardado tanto?», se preguntó Yolanda García.

Por su parte, Cristina Moreno destacó que esta acción, junto a las inspecciones que también está llevando a cabo la Dirección General para perseguir irregularidades en materia de contratación y personal, «permitirán poner en valor a los trabajadores del sector turístico».