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El litoral concentra la pérdida de población otra vez pero varios municipios reaccionan

Orihuela, L'Alfàs del Pi y La Nucía se desploman mientras Calp, Benidorm y Dénia recuperan habitantes

El litoral vuelve a concentrar la pérdida de problación

El litoral vuelve a concentrar un año más el grueso de la pérdida de población que sufre la provincia desde 2013, pero varios municipios han reaccionado y han logrado detener la sangría demográfica. Algunos, incluso, han recuperado habitantes después de emprender políticas activas para promover el empadronamiento, especialmente de los residentes extranjeros. Éstos son, con diferencia, el colectivo que más ha menguado en los últimos cuatro años, y a su bajada se debe fundamentalmente que la provincia haya perdido 125.000 habitantes habitantes en este tiempo.

Así lo revelan los datos provisionales de población a 1 de enero de 2017. El Instituto Nacional de Estadística (INE) difundió hace unos días las cifras provinciales, pero no las desagregadas por municipios, a las que, sin embargo, ha tenido acceso este periódico. A lo largo de 2016, Orihuela perdió nada menos que 5.267 habitantes -cabe suponer que la mayor parte de ellos en su zona costera-, mientras que L'Alfàs del Pi tiene 3.310 vecinos menos que en el último recuento definitivo. Por su parte, La Nucía y Rojales, sin costa pero con un volumen enorme de residentes europeos, descienden en 1.983 y 1.481 personas, respectivamente. También siguen bajando Torrevieja y Xàbia, con 967 y 226 habitantes menos, respectivamente.

En el lado contrario, en cambio, Dénia y La Vila Joiosa frenan la caída y suman 55 y 17 habitantes, respectivamente, en relación a 2016. También Benidorm experimenta un ligero aumento de 121 vecinos, aunque sin duda el municipio que más invierte la tendencia es Calp, que tras perder 10.000 empadronados en cinco años consigue recuperar 429 y, lo más importante, volver a situarse por encima de los 20.000 habitantes. El Ayuntamiento de esta localidad ha emprendido una intensiva campaña de empadronamiento, en la que no bajar de esa barrera es uno de los objetivos primordiales, por lo que supondría en cuanto a menos ingresos por parte del Estado. También la corporación municipal se reduciría de 21 a 17 concejales.

Hilde Backaert, la edil del consistorio calpino responsable entre otras áreas del Padrón de Habitantes, explica que «empezamos a actuar ante este problema en 2015», al ver que la cifra de habitantes podía bajar de 20.000, tal y como efectivamente sucedería un año después. De nacionalidad belga y con un contacto muy asiduo con colectivos de ciudadanos de otros países, Backaert sabía que una de las claves de la pérdida de habitantes era que «muchas personas desconocían que tenían que renovar su empadronamiento a los cinco años», o a los dos en el caso de no tener la residencia definitiva en España. Por ello, se ha promovido «una campaña de tú a tú, de persona a persona», ofreciendo información de manera tan intensa como pormenorizada, con reuniones con asociaciones, difusión en medios de comunicación y, sobre todo, «contacto con la gente en la calle». También se destaca este tema en la página web municipal.

La edil incide en que éste «es un tema muy importante», puesto que «mantener con los recursos de 19.000 empadronados una población real superior y 100.000 personas en verano es muy difícil». En este sentido, insiste en que el Ayuntamiento «debe prestar unos servicios y mantener una calidad de vida», y para eso es obligado que el padrón recoja a todos que viven en Calp de forma habitual.

Fruto de políticas «proactivas»

Hilde Backaert destaca que todo el equipo de gobierno se ha «volcado» en un tema que es «una necesidad», implicándose áreas como Cultura, Turismo y Deportes además de la suya. Esta acción conjunta es, a juicio del geógrafo José Vicente Sánchez, profesor de la Universitat de València y vecino de Calp, un ejemplo de «proactividad» ante un problema, que tal vez no se esté dando en otros municipios a la vista de las cifras.

En este aspecto, Sánchez señala que «en Calp no hay nada anómalo» en relación a otros puntos del litoral, salvo la campaña para fomentar el empadronamiento. El geógrafo recuerda que «bajar de 20.000 habitantes tiene consecuencias directas», por lo que habrá que estar atentos a cómo evoluciona la situación y qué dicen los datos definitivos a final de año.

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