Hace cinco siglos, sirvió para defender a los antiguos moradores de Benidorm de los ataques de los corsarios berberiscos y de otros riesgos de la época que pudieran poner en peligro a la población. Y no sólo eso. La torre de Les Caletes también formó parte de todo un engranaje de defensas diseminadas de norte a sur de la costa mediterránea, que funcionaban con una organización propia y contaban con sistemas de comunicación para prepararse frente a la invasión enemiga. Su ubicación, colgada de la ladera de la acantilado de la Punta del Cavall y expuesta al mar y las inclemencias del tiempo, hicieron mella en su conservación. Hasta ahora. Porque en pocos meses, el antiguo vigía de Benidorm recuperará el lustre de antaño que lo hizo casi invencible.

El Gobierno central, a través del Ministerio de Medio Ambiente, va a llevar a cabo la restauración de esta torre, catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC), y la consolidación del acantilado sobre el que se asienta, en pleno parque natural de la Serra Gelada. Los trabajos, que ya han comenzado y cuentan con un presupuesto de 350.000 euros, consistirán en el desescombro de la base; recuperar parte de la mampostería desprendida de la torre, que se usará para la consolidación de la estructura; así como el anclaje con varas de metal del acantilado, lo que en el argot se dice «coser» sus paredes, y la colocación de una malla de acero para estabilizarlo, según explicó ayer sobre el terreno Rosa de los Ríos, jefa del Servicio Provincial de Costas, el organismo que coordina y supervisa las obras.

De los Ríos reconoció que el deterioro de esta construcción era «muy avanzado» y que era «necesario» solucionar sus problemas estructurales «antes de que fuese demasiado tarde», principalmente por tratarse de un «monumento de gran valor cultural y paisajístico, enclavado en un escenario natural único. De ahí la rápida y pronta respuesta del Ministerio».

No reconstrucción

La responsable de Costas visitó ayer Les Caletes junto al delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Juan Carlos Moragues; el subdelegado en la provincia, José Miguel Saval; y el alcalde de Benidorm, Toni Pérez, además de otros ediles de la corporación.

En todos los casos, explicaron que el proyecto traerá aparejado una mejora importante de este enclave y la recuperación de la torre en su estado actual, pero en ningún momento supondrá una reconstrucción de la misma. Principalmente, como destacaron los arquitectos y arqueólogos responsables del proyecto, porque «falta documentación para poder argumentar y conocer cómo fue cuando estaba completamente en pie, por lo que una reconstrucción al estado ideal sería falsear completamente la realidad, y no es lo que se pretende».

El proyecto de puesta en valor de la torre vigía y de la Punta del Cavall tendrá un plazo de ejecución de tres meses, por lo que estará finalizado de cara al verano, tal y como aseguró el delegado del Gobierno.

El monumento más antiguo

La torre de Les Caletes es el monumento más antiguo de la ciudad que todavía permanece parcialmente en pie y uno de los dos BIC con los que cuenta el municipio, junto a la torre de Morales, ubicada en la zona de La Cala.

Por eso, tanto el delegado de Gobierno como el alcalde destacaron la importancia de esta inversión para recuperar una pieza clave del patrimonio local. Juan Carlos Moragues calificó a Benidorm como un «icono del turismo» y se mostró convencido de que, una vez finalizada esta intervención, «Les Caletes será otro atractivo más para todos los turistas que visitan este entorno de la Serra Gelada».

Por su parte, Toni Pérez destacó que hace 500 años «los benidormenses venían aquí para observar, porque era una torre vigía, y ahora lo que vamos a hacer con esta inversión de 350.000 euros es cambiar el punto de mira y que sea la torre la que sea mirada y admirada por miles de personas».