El restaurante Casa Pinet, uno de los lugares más emblemáticos y más visitados por los turistas de la Marina Baixa, apagó ayer por última vez sus fogones en Tárbena tras más de 40 años de historia para iniciar una nueva andadura en la comarca vecina de la Marina Alta. En concreto, en el pueblo de Alcalalí.

La falta de un acuerdo con el Ayuntamiento de la localidad para poder seguir ocupando el local municipal donde se ubicaba este restaurante ha sido el principal detonante que ha acabado por llevar a sus propietarios, la familia Moncho Ferrer, a marcharse de este municipio, enclavado en las montañas de la Marina Baixa, y cruzar el Coll de Rates para abrir en una nueva ubicación.

Casa Pinet abrió sus puertas en 1974, de manos de Jeroni Moncho Pascual, quien junto a su mujer Anita fue el alma máter de este negocio. Además de ofrecer en su carta los platos más tradicionales de la gastronomía de la zona, si por algo se hizo famoso su restaurante fue por haberse convertido, con el paso de los años, en un pequeño museo del viejo comunismo y del nacionalismo valenciano de izquierdas, de los que hacía gala en cada centímetro del establecimiento.

Ahora, tras ofrecer ayer su último servicio, comenzará el traslado hacia Alcalalí. Allí, los Moncho Ferrer quieren crear una réplica del antiguo local, con todos y cada uno de sus «tesoros», para abrir el nuevo Casa Pinet antes del verano.