La imagen se repite cada temporada en las playas de Benidorm y en esta Semana Santa, en la que la ciudad recibe la primera «oleada» de turistasturistas, no fue diferente. Vendedores ambulantes y los llamados «cuberos» campan en los arenales a la busca de clientes ofreciendo todo tipo de bebidas o productos como pareos, bisutería o artículos de playa. Una práctica que está prohibida y perseguida por la fuerzas de seguridad locales de la capital de la Costa Blanca.
En esta Semana Santa, que acaba de culminar, se llegaron a imponer alrededor de una veintena de sanciones diarias a quienes llevan a cabo esta práctica en Benidorm, según informaron fuentes municipales a preguntas de este periódico.
La persecución a los vendedores ambulantes se endureció el pasado verano cuando entre los meses de junio a agosto se llegaron a imponer hasta 1.500 denuncias. Una cifra récord si se tienen en cuenta los veranos anteriores, donde se llegaban a contabilizar como máximo 800 o un millar de sanciones. La práctica de la venta ambulante y las denuncias han ido en escalada año a año.
Cabe recordar que el pasado verano, una docena de agentes interinos reforzaron la seguridad en las playas de Benidorm. Las detenciones entonces no sólo se realizaron por la venta ambulante en sí misma sino también por altercados e intentos de agresión de los «cuberos» a los agentes de Policía.
Alerta
Días atrás, coincidiendo con el inicio del periodo vacacional de la Semana Santa el grupo municipal socialista en el Ayuntamiento denunció la aparición en las playas de la ciudad de los «cuberos». A través de un comunicado, el portavoz socialista, Rubén Martínez, afirmó que «desde hace semanas, y coincidiendo con el buen tiempo, ya pudimos comprobar la presencia de vendedores ambulantes, pero desde este fin de semana con la llegada de los primeros turistas de Semana Santa la situación vuelve a ser alarmante».
Martínez subrayó que la presencia de estos vendedores en los arenales de Benidorm «no solo afecta a la imagen que ofrecemos a los turistas sino que perjudica a los hosteleros». El portavoz socialista criticó esta situación alertando de que «no solo es una actividad ilegal sino que además pueden poner en riesgo la salud». «Estos vendedores ambulantes manipulan los productos con las manos en el maletero de un coche y no cuentan con ningún control sanitario. Es algo con lo que no podemos seguir jugando», manifestó el edil socialista
El PSOE señaló así que «lamenta que el gobierno local no ha llevado a cabo ninguna campaña informativa para alertar a los consumidores de los riesgos de la venta ambulante en las playas y el trile, implicando a los diferentes agentes económicos y sociales de la ciudad, tal y como aprobó el pleno por unanimidad el pasado mes de septiembre de 2016». «Parte de la solución a este problema, además de aumentar la presencia policial, es concienciar tanto a turistas como a vecinos de no ser cómplices de estas actividades ilegales», concluyó Martínez.
