Unas vacaciones subvencionadas por el Gobierno que nacieron con el fin de mantener viva la actividad hotelera durante la temporada baja en los principales destinos del país, como Benidorm, y que ha terminado por convertirse en una patata caliente para el sector. La escasa rentabilidad que reporta a los alojamientos su participación en el programa del Imserso ha forzado al Ejecutivo central a negociar una revisión de las tarifas para, al menos, reducir las pérdidas que sufren los hoteles en este sentido. Los empresarios turísticos quieren que la subida sea como mínimo de un 5%, como confirmaron ayer fuentes de la patronal Hosbec a este periódico.
Un incremento que, según los cálculos realizados por la asociación empresarial, sería del todo viable ya que mientras los fondos que el Gobierno central aporta para financiar el programa de vacaciones de la Tercera Edad han aumentado un ligero 0,4%, los paquetes que se comercializarán el próximo año en el marco del Imserso se han reducido en cerca de un 10%. La suma de ambos factores da como resultado un «exceso» en la dotación. Un sobrante que los hoteles quieren que vaya directo a los precios de las estancias para poder cuadrar sus cuentas y, de esta forma, seguir formando parte de un programa del que se beneficia cerca de un 15% de la planta hotelera de Benidorm durante los meses de invierno.
Congelación de los precios
Para los dueños de los establecimientos hoteleros de Benidorm, que comercializan buena parte de sus plazas a través del Imserso durante el invierno, revisar las tarifas es algo más que necesario. No hay que olvidar que los precios llevan congelados desde hace tres años y como vienen adviertiendo desde hace tiempo las cuentas «ya no les salen». Por ello, el hecho de que el Gobierno central del PP haya implementado un leve aumento en la partida que destina a «Turismo social y termalismo del Imserso» -que pasa de 117.500.000 a 118.000.000 euros (una subida de un 0,4%)- unido a la reducción de paquetes que la próxima temporada se comercializarán a través de este canal -93.000 menos en todo el territorio nacional- ha sido la ocasión perfecta para que los hoteleros puedan reclamar una subida de, al menos, un 5%.
«Nuestra intención es que ese aumento de fondos del que va a disponer el programa por el recorte de paquetes se aplique a la subida de los precios hoteleros», explicaron ayer desde la patronal Hosbec. No obstante, desde la asociación entienden que esta hipotética subida, que ya se está negociando con la dirección general del Imserso, es «insuficiente».
Cabe destacar que los operadores de este programa están pagando 21 euros por persona y día en habitación doble en régimen de pensión completa, con vino y agua incluido, y toda clase de impuestos que también forman parte de ese precio. Por ende, el incremento de un 5% sobre las estancias vendría a representar tan solo 1 euros más por noche para el bolsillo de los empresarios, mientras que estos calculan que para que el programa resulte rentable el aumento tendría que estar entre los 2 ó 3 euros por jornada. Con todo, ese euro de más por persona y día si vendría a reducir las pérdidas que les genera a los hoteles seguir abiertos durante el invierno para dar alojamiento a los beneficiarios del Imserso. Aunque no lo suficiente.
¿Tentados a irse?
Tanto es así, que la escasa de rentabilidad del programa ha llevado a más de un hotelero a replantearse su continuidad en el programa que financia el Ministerio de Servicios Sociales. «Algunos alojamientos barajan la opción de irse o recortar los cupos que reservan al Imserso», admitieron ayer desde la patronal Hosbec, a la vez que recuerdan que dada la coyuntura actual del sector, con un importante auge del turismo británico, a muchos les resultaría más rentable comercializar esas mismas plazas por otras vías. Una amenaza que ya lanzaron hace unas semanas desde la asociación empresarial, antes de iniciar las negociaciones con el Imserso.
La alternativa sería llegar al mismo nicho de mercado pero por otro camino. Una fórmula para poder incrementar levemente las tarifas sin necesidad de contar con el visto bueno del Gobierno central lo que, además, permitiría mantener operativa durante los meses de invierno una parte de la planta hotelera de la ciudad de los rascacielos.
