Si va paseando por cualquier calle de Benidorm y se fija bien, seguramente no tendrá que caminar demasiados metros para encontrar una bicicleta atada a una farola, una valla, una palmera o dejada de cualquier manera en mitad de la vía pública. Como si fueran setas en plena temporada. El motivo no es otro que la falta de soportes para estacionar estos vehículos de dos ruedas en las zonas más transitadas de la ciudad, lo que ha acabado por sembrar de bicis cualquier espacio o mobiliario urbano susceptible de servir como aparcabicicletas.

Joaquín emplea la bici para ir desde su casa, en el barrio de Colonia Madrid, hasta su trabajo en el casco antiguo. «Y no tengo más remedio que dejarla atada a un poste de cualquier manera, porque no hay ningún sitio para aparcar cerca y el bar donde trabajo es pequeño y no tenemos espacio para meterla dentro», asegura. No es el único que se ve muchas veces con este problema. «Aquí en la Palmera no hay día en el que no te encuentres dos, tres o más bicicletas aparcadas», señala Rosa, una vecina de la zona.

Pero las calles peatonales del centro de Benidorm no son las únicas afectadas. Los paseos de las dos playas, o avenidas como las del Mediterráneo, Europa o Jaime I también son lugares donde es más que frecuente la presencia de bicis encadenadas a cualquier lugar.

El gobierno local, del PP, es consciente de la situación. Y, según afirma, está estudiando vías para solucionar esta carencia de zonas de aparcamiento para estos vehículos. Principalmente, porque la falta de lugares para estacionar contrasta con distintas iniciativas llevadas a cabo en los últimos meses por el Ayuntamiento -creación de carriles bici en las principales avenidas, señalización de ciclovías, etc.- para fomentar el uso de la bicicleta entre vecinos y turistas. Incluso, con campañas específicas para captar viajeros aficionados al cicloturismo.

El edil de Movilidad, José Ramón González de Zárate, afirma que el pasado enero se instalaron 50 aparcabicicletas en distintas zonas, con preferencia en áreas escolares -el Salto del Agua- o deportivas -como el Palau d'Esports-. Además, afirmó que para los próximos meses está previsto instalar, al menos, otro medio centenar de soportes. «La gente cada vez usa más la bici y hay que ponérselo fácil», asume.