Mirarla a la cara en primer plano provoca en el interlocutor una especie de grima y fascinación al cincuenta por cien. Apenas hay un solo centímetro en el rostro de Elaine Davidson que no esté perforado y del que no cuelgue, como mínimo, un arete. Lo mismo ocurre cuando abre la boca y observas su lengua y las paredes de la cavidad bucal llenas de acero. Se hizo su primer pendiente pasada la treintena y ahora, a sus 52 años, esta brasileña afincada en Escocia lleva a gala ser la mujer con más «piercings» del planeta, según ha certificado la organización Guinness World Records. Estos días, su pintoresco aspecto está cautivando a vecinos y turistas de Benidorm, donde hace unas semanas apadrinó una convención de tatuajes y adonde ahora ha regresado «enamorada del clima y el sol. Me encantaría vivir aquí», dice.

Pasear con ella por la calle implica tenerse que parar a cada paso para que pueda atender a los múltiples curiosos que se acercan para ver sus piercings y fotografiarse con ella, a lo que Elaine accede siempre que pronuncien la palabra mágica: «Please». Porque, aunque le guste ser observada y reconozca que su aspecto es su medio de vida, sus más de 10.000 perforaciones le obligan a adoptar precauciones en las que es difícil reparar a simple vista.

Además de «piercings», tiene tatuajes en la mayor parte de su cuerpo, que siempre lleva cubierto a excepción del cuello, la cara y las manos. «El sol estropea mucho la piel. Pero no sólo es eso. También tengo que taparlos para evitar que la gente me toque y no tener riesgos de infecciones, que en mi caso son más altos que en una persona 'normal'», explica. Y todavía hay un motivo más: «Cuando hace mucho sol, al ser metal, los pendientes se calientan y pueden provocarme quemaduras en el cuerpo, igual que pasa cuando hace mucho frío».

«Siempre se siente dolor»

Cuándo y cómo se perforó por primera vez es algo que recuerda como si fuera ayer. Fue en la vagina, donde, según asegura, tiene cerca de 500 piercings. Lo hizo por curiosidad y, nada más sentir por primera vez el efecto de la aguja, ya empezó a planear los siguientes agujeros: «Mi objetivo era romper el Guinness», un reconocimiento que le permitió abandonar su antiguo empleo de enfermera para «viajar por el mundo, conocer gente, nuevos países y ciudades tan bellas como Benidorm», expone.

Además de cara o cuello, el pecho, los brazos, la espalda o los genitales también están llenos de «piercings», muchos de los cuales se hace ella misma. Y, según asegura, todos, tanto el primero como el número 10.000, «duelen igual. Siempre se siente dolor, pero los 'piercings' son parte de mi vida y he aprendido a convivir con ellos». También, con el peso de cargarlos consigo: entre 3,5 y 4 kilos, calcula.

Para Elaine tan sólo hay un lugar «sagrado» que mantiene prácticamente incorrupto: las manos. «Nunca me he puesto 'piercings' en las manos por una cuestión de higiene. La lengua o la vagina, por ejemplo, generan su propio sistema de desinfección con la saliva o el flujo y nunca me han dado problemas. Sin embargo, en las manos es muy fácil que haya una infección, porque tocas cosas todo el tiempo».

Sus mejores consejos para quienes decoran su piel como ella son extremar la higiene y llevar una vida sana: «No fumo, no tomo alcohol ni drogas y bebo mucha agua, que es lo mejor para depurar y limpiar el cuerpo». Tampoco se quita nunca los aros para evitar que se cierren las perforaciones y llama la atención sobre un hecho: «Un 'piercing' no debe ser nunca un capricho».

Shows extremos

La mujer con más perforaciones del mundo realiza espectáculos de diferentes límites, desde pisar cristales a atravesar su lengua con una espada, practicar la suspensión corporal o coger peso con los pendientes de su vagina. Asegura que lo que ha conseguido con su transformación compensa todos los sacrificios y que su aspecto «gusta mucho a los hombres. Falta encontrar a uno que me guste a mí», afirma entre risas.

Y, para el que llegados a este punto siga haciéndose la pregunta del millón, los «piercings» de Elaine «no pitan en los aeropuertos. Si lo hicieran, sería también un show».