Puntuales como cada 16 de marzo, los devotos de la Mare de Déu, patrona y alcaldesa perpetua de Benidorm, se dieron cita durante la madrugada de ayer para arropar a la Virgen del Sufragio en el día que se conmemora su llegada a las playas de la ciudad en la procesión del Alba. Así, al filo de las 5.30 horas decenas de vecinos se agolpaban ya a las puertas de la iglesia parroquial de San Jaime y Santa Ana para ver salir a su patrona e iluminarle el recorrido hasta las tres playas urbanas de la ciudad.

Una tradición que se repite cada año para festejar la llegada de la Virgen del Sufragio a la costa de Benidorm que apareció al alba del 16 de marzo del 1740 en una embarcación que navegaba a la deriva sin tripulación. Los benidormenses, asustados al creer que los miembros del barco podían haber perecido por la peste, decidieron prenderle fuego. Unos días más tarde, varios niños encontraron entre las cenizas de aquellas llamas la imagen de una Virgen que la ciudad adoptó como su patrona. Desde entonces, vecinos y devotos se rinden ante la Mare de Déu durante el amanecer de cada 16 de marzo.

Un emotivo acto que ayer volvió a congregar a decenas de personas, que esperaban su momento para portar durante escasos segundos a su patrona y fotografiarse con ella durante el 277 aniversario de su llegada. La talla de la Virgen salió puntual de la iglesia parroquial de Sant Jaume y Santa Ana para después cruzar la plaza e iniciar su recorrido.

El alcalde, Toni Pérez; las reinas mayor e infantil de les Festes Majors Patronals, Anna Galiana y Àngela Antón; el edil de Fiestas, Jesús Carrobles, o el presidente de la Comissió de Festes 2017, Antonio Vicente Fuster, fueron sólo algunos de los que portaron durante un instante a su patrona para acompañarla en la procesión del Alba.