El joven asesinado en un apartamento de alquiler de Polop de la Marina pudo recibir hasta una decena de puñaladas mientras dormía. Esta es una de las primeras conclusiones que podrían arrojar los resultados de la autopsia y las pesquisas llevadas a cabo por la Guardia Civil para esclarecer las circunstancias en las que se produjo la muerte. Pero no la única.

El cuerpo de este hombre, de nacionalidad española y unos 30 años, fue hallado el pasado jueves en el interior de un apartamento donde vivía de alquiler. Como ya avanzó ayer este diario, fue un familiar de la víctima quien dio la voz de alarma después de estar durante varios días intentando localizarlo. El joven era natural de una localidad de Granada, donde reside el resto de su familia, y llevaba alrededor de un mes en el apartamento de Polop donde fue encontrado sin vida. Apenas se relacionaba con la gente del pueblo que tanto el jueves como ayer, tras conocerse los hechos, no acertaban a atinar de quién podría tratarse.

Fuentes conocedoras de la investigación relataron que el cuerpo presentaba una decena de heridas de arma blanca, entre ellas un profundo corte en el cuello que podría ser el causante principal de la muerte. Al parecer, cuando fue descubierto, el cadáver se encontraba tendido en el suelo de la habitación y junto a la cama, en la que había un gran charco de sangre. Por eso, entre las hipótesis de los investigadores está el hecho de que pudiera haber sido agredido inicialmente en la cama y que su agresor aprovechara que estaba durmiendo para asestarle las primeras puñaladas, dado que no se encontraron señales evidentes de defensa.

Pese a que el pasado jueves trascendió que el arma de la agresión se había encontrado dentro de la vivienda, otras fuentes conocedoras del caso negaron ayer este extremo. Por eso, las pesquisas se centran ahora en poder localizarla y en esclarecer, además la identidad del agresor y el motivo que propició el homicidio.

Supuesta venganza

El delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Juan Carlos Moragues, afirmó ayer a los medios de comunicación que la víctima tenía antecedentes penales por tráfico de drogas y que todo apunta a un posible ajuste de cuentas como móvil del crimen. Moragues, no obstante, matizó que, aunque ésta es una de las principales líneas de investigación, «se mantienen abiertas todas las hipótesis» hasta dar con nuevos datos que puedan arrojar