Un juez será quien decida, finalmente, el futuro de Casa Pinet. Así, al menos, lo afirmó ayer resignado Jeroni Moncho Ferrer, hijo del fundador de este emblemático restaurante enclavado en la montaña de la Marina Baixa y actual gerente, después de salir de la última reunión con el Ayuntamiento de Tárbena sin lograr ni siquiera un acercamiento de posturas para renegociar el contrato de arrendamiento del local donde está el bar.

Pese a convocarse a una nueva reunión, ninguna de las partes quiso ceder ni un ápice y se enrocó en la postura que han estado defendiendo desde que venció el antiguo contrato, en noviembre de 2014. «Ellos siguen manteniendo que sólo nos ofrecen firmar un contrato por cuatro años y nosotros pedimos que sea de ocho años con una prórroga de otros ocho. No hemos avanzado nada, así que no queda más remedio de dejar la decisión en lo que diga un juez y lo que diga la ley», agregó el restaurador tarbenero.

Como ya contó días atrás este diario, Casa Pinet tiene alquilado este local al Ayuntamiento desde mediados de los años 70 y nunca hasta ahora había tenido problemas para ir renovándolo. En la planta superior del restaurante se ubica la Casa Consistorial. El actual gobierno local inició el pasado año un expediente de desahucio porque, a pesar de que Pinet les sigue pagando los cerca de 100 euros de alquiler mensual por este bajo y no reconoce la finalización del contrato, los concejales consideran que se encuentra en situación irregular.

El próximo 20 de abril se celebrará el juicio para resolver el desahucio que, de salir adelante, abocaría al cierre a este emblemático restaurante. Para forzar al Consistorio a encontrar una solución, y tras la última reunión de ayer que se saldó sin acuerdo, los dueños de Casa Pinet mantienen convocada una protesta para este sábado, a las 17 horas, frente a las puertas del local.