Inversión millonaria del Consell para acabar con los sobrecostes que se vienen generando en la gestión de residuos por el desvío de basuras desde el norte de la provincia hasta las plantas de municipios valencianos, como Picassent o Alzira, ante la falta de medios que acusa el recinto de Benidorm tras el incendio que asoló parte de sus naves en 2009. Por ello, el gobierno autonómico, compuesto por el PSOE y Compromís, ha decidido poner fin a esta situación a golpe de inyección económica. En concreto, se destinarán cerca de cinco millones de euros para recuperar la nave de envases ligeros en la instalación benidormense, que fue pasto de las llamas hace casi una década. Así lo anunció ayer durante una visita a la ciudad turística el secretario autonómico de Medio Ambiente, Juliá Álvaro.

Si todo sigue según lo previsto, la ciudad podría volver a recibir envases ligeros en 2019, como adelantó ayer Álvaro. Además, el responsable autonómico detalló que en dos o tres meses estarán listos los trámites administrativos para poder licitar las obras que se esperan que arranquen antes de verano, con un plazo de ejecución de 18 meses. Si se cumplen los plazos previstos, Benidorm podría estrenar en 2019 la nueva planta de tratamiento de envases ligeros.

Una noticia que también celebró ayer el alcalde de Benidorm, el popular Toni Pérez, quien insistió en la importancia de esta actuación ante el aumento de reciclaje que se viene registrando en la capital de la Costa Blanca, que supera en tres puntos la media nacional, según indicó el primer edil benidormense.

Por su parte, Álvaro especificó que la intención es que la nueva maquinaria de Benidorm pueda tratar hasta 19.000 toneladas al año de envases ligeros y ha matizado que será una planta con una mejor logística y adaptada a los nuevos tiempos. Así, también ha explicado que en una primera fase el desarrollo de esta nueva infraestructura permitirá la creación de 22 puestos de trabajo que, a medio o largo plazo, se ampliarán hasta los 41 empleos.

Álvaro agregó que también habrá otros beneficios ambientales como la reducción del número de transportes, con la consiguiente reducción de emisiones, un menor consumo de combustibles fósiles y un menor coste logístico, entre otros, cumpliéndose con el principio de autosuficiencia y proximidad.