Un sí pero con condiciones. El pequeño comercio de Benidorm está dispuesto a dar su apoyo a la primera gran superficie de la ciudad turística a cambio de recibir inversiones que favorezcan a los empresarios locales. Así se concreta en la batería de propuestas que presentó hace unas semanas la Asociación Independiente de Comerciantes (Aico) para renegociar con el Ayuntamiento su postura sobre la implantación del gran complejo, a la que ha tenido acceso este diario. Un documento que se debatirá en la recién constituida mesa de trabajo para abordar el aterrizaje de la citada instalación comercial, que cada vez está más cercano.
De hecho, como ya publicó este diario, la promotora del proyecto, Unibail Rodamco, se ha fijado un plazo de dos meses para iniciar las obras por lo que desde Aico no quieren dejar pasar el tiempo y advierten de que hay que ponerse ya manos a la obra para paliar los efectos negativos que esta primera gran superficie puede provocar en las tiendas del centro de Benidorm. «Nuestra intención es contratar a una empresa externa que nos asesore sobre qué objetivos debemos marcarnos para ser capaces de hacer frente al centro comercial», adelantó ayer el presidente de Aico, Raúl Parra, quien aseguró que la primera reunión de la citada mesa de trabajo tendrá lugar antes de que acabe el mes e insistió en que las peticiones se centrarán en reclamar fondos e inversiones al Consistorio para «armar» al pequeño comercio ante el nuevo macrocentro.
Petición
Para ello, Aico plantea que «la partida de ingresos vía impuestos que las obras de dicho centro van a generar a las arcas municipales deben ser invertidos en la ciudad para prepararla ante el gran impacto comercial, laboral y económico que va a repercutir negativamente en el comercio local, siendo el objetivo el estar prepararnos para que dicho impacto sea el mínimo posible». O dicho de otra forma, revertir la situación y hacerla rentable.
Así, entre otras medidas el comercio local pide la creación de ayudas directas municipales o bien, una minoración sobre los impuestos directos que soporta el empresario para apoyar las inversiones en la restauración de fachadas comerciales o carteles luminosos. También exigen fondos para remodelar algunas de las principales arterias de la ciudad, como Beniardà, Mediterráneo o Ametlla del Mar. Unas actuaciones que, según sus cálculos, tendrían un coste de 12 millones de euros.
Tematizar algunas calles del centro es otra de sus propuestas para seguir captando clientes y evitando la fuga de ventas al nuevo centro comercial. La intención es crear «un foco de atracción sin perder su valor comercial, en donde el mobiliario urbano así como elementos cotidianos estén diseñados con la misma temática, como por ejemplo realizar una calle dedicada a la música, el rock, de deportes, de las flores», siguiendo la estela de la popular calle de las setas de Alicante.
De la negativa al sí
No obstante, no hay que olvidar que, hasta finales del pasado año, la asociación de comerciantes se había mostrado muy combativa ante la llegada de la primera gran superficie a Benidorm. De hecho, la asociación llegó a presentar alegaciones contra la modificación urbanística con la que la administración local benidormense levantó el veto a los centros comerciales en el término municipal, al igual que hiciera el centro comercial de la localidad vecina de Finestrat. El pequeño comercio llegó a amenazar con presentar batalla legal una vez que el Consistorio rechazó sus «pegas» al cambio del PGOU. Sin embargo, han decidido cambiar su postura, eso sí imponiendo sus condiciones.
