«Sé lo que han hecho conmigo, sé lo que han hecho con mi grupo y sé lo que tengo que hacer». Con estas reveladoras palabras quiso zanjar ayer el portavoz del grupo municipal Ciudadanos (Cs) de Benidorm, Rafael Gasent, la avalancha de críticas, lanzadas desde otros grupos de la oposición hacia su partido, para censurar su apoyo incondicional a los populares, que gobiernan en minoría en la ciudad turística, con tan sólo ocho ediles. Una defensa con la que el líder de la formación evidenció el pacto tácito que le une al PP de Toni Pérez.
El líder de la formación naranja en Benidorm zanjó con la citada afirmación un acalorado debate que tenía como punto de partida la aprobación de la última modificación de crédito realizada por el equipo de gobierno popular sobre el presupuesto de 2016, que sigue prorrogado a día de hoy. Un trasvase de más de 2,5 millones de euros que han pasado de partidas a personal a diferentes cuestiones. Aunque la suma más importante de estos fondos se irá a la liquidación de la deuda que el Ayuntamiento mantiene a día de hoy con el Consorcio de Aguas de la Marina Baixa y que no tenía la obligación de saldar hasta 2023, como se fijó a través de un calendario de pagos.
Sin embargo, «la buena gestión económica de este gobierno nos ha permitido liquidar antes de lo previsto esta deuda. Sabemos la necesidad del Consorcio de contar con fondos para desarrollar infraestructuras hídricas», explicó la edil de Hacienda, Lourdes Caselles, en el momento de defender su propuesta ante el resto de grupos para lograr sacar adelante la misma. Aunque a la concejal no le hizo falta gastar demasiada energía. Tanto desde Ciudadanos por Benidorm (CBM) como desde Ciudadanos (Cs) anunciaron, ya en la primera ronda de intervenciones, que respaldarían el trasvase de fondos para saldar la deuda con el Consorcio.
Aunque esta modificación de créditos tenía un pero. Y es que una pequeña parte de los fondos iba destinada a pagar de forma extrajudicial algunos servicio como el de mantenimiento de parques y jardines, cuya contrata lleva caducada más de un año, mientras el concurso para adjudicarla de nuevo sigue en marcha.
Y fue en ese punto donde los grupos minoritarios centraron sus críticas. «Vamos a abstenernos por el reconocimiento de créditos extrajudicial», anunció el líder del PSOE, Rubén Martínez. Acto seguido, Gasent también criticó esta forma de proceder del gobierno local pero, sin embargo, adelantó que votaría a favor.
Todo ello despertó las críticas de la oposición, especialmente de la portavoz de los Liberales, Gema Amor. «Ustedes sigan haciendo las cosas mal y mientras reciben los votos favorables de algunos grupos. Da igual lo que hagan, les van a seguir votando», censuró. Los concejales de CBM pasaron por alto el ataque de Amor, pero en cambio Gasent sí entró al trapo. «Yo vivo el momento y no me gusta mirar por el retrovisor», le espetó a la liberal, en alusión al enredo previo con el PP sobre su gestión en el Consistorio.
Amor siguió con la pelea. «Díganos usted, el genio de las finanzas, cómo gestionar», le lanzó la liberal. Y Gasent estalló. «Quizá no soy un genio de las finanzas y por eso estoy aquí», le respondió el concejal naranja en alusión a su puesto en el Ayuntamiento. Pero ahí no quedó la cosa. Defendió el apoyo de su grupo a la propuesta del PP con un «sé lo que han hecho conmigo, sé lo que han hecho con mi grupo y sé lo que tengo que hacer». Una frase con la que dejó claro que juega de lado de Toni Pérez.
Acto seguido, los tres ediles de Cs, junto a los dos de CBM y el voto del no adscrito, sacaron adelante la última modificación presupuestaria del PP sobre las cuentas de 2016. Un gesto que para muchos es la antesala de lo que terminará pasando con el presupuesto para este ejercicio. «El grupo popular sacará adelante las cuentas con el apoyo del Cs y CBM, como el año anterior», vaticinan ya desde el resto de grupos, quienes lamentan que, aunque les pese, no esperan ninguna sorpresa.
