Los partidos políticos de la oposición en Benidorm no están dispuestos a ser simples invitados de piedra en el proceso de aprobación de las cuentas locales para el presente ejercicio. Más aún teniendo presente que el PP gobierna en minoría -con ocho concejales- y necesita al menos el voto favorable de otros cinco ediles para sacar adelante el presupuesto de 2017. Un apoyo necesario que los ediles de las grupos minoritarios en el Consistorio ni siquiera se van a plantear sin haber tenido acceso, de forma previa, a la ejecución de las últimas cuentas locales. Un documento en el que se analiza el grado de cumplimiento del reparto de ingresos y gastos que aprobó el PP hace ahora casi un año, con el respaldo de Ciudadanos (C's) y Ciudadanos por Benidorm (CBM).
El desvío de fondos que se presupuestaron de forma inicial a determinadas partidas han acabado invirtiéndose en otras cuestiones, a través de modificaciones presupuestarias. Es el motivo principal por el cual la oposición reclama tener acceso a la liquidación de las cuentas de 2016, que en la actualidad están prorrogadas. No hay que olvidar que conocer el grado de ejecución del presupuesto anterior no es una condición «sine qua non» para aprobar las cuentas municipales.
Un trámite que el gobierno local del PP quiere zanjar en el pleno de febrero -o, lo que es lo mismo, en diez días- para poder iniciar las inversiones previstas para este curso. De hecho, el ejecutivo municipal hizo entrega del borrador de las cuentas a la oposición la pasada semana, para que fueran estudiando el mismo.
Sin embargo, desde los grupos minoritarios creen que llegados a este punto, y en pleno mes de febrero, deberían tener acceso al documento de ejecución de las cuentas, que los ayuntamientos deben remitir al Ministerio de Hacienda durante enero. Un fallo informático es la razón que se ha dado a la oposición para no hacer entrega de la ejecución de las cuentas de 2016 y que ha provocado el recelo de los ediles.
«Mientras no tengamos la liquidación de cuentas no vamos a estudiar el presupuesto para el próximo año», lanzó ayer el edil de C's Juan Balastegui, cuya formación dio su apoyo el pasado año a las cuentas. «Necesitamos saber con exactitud el excedente que se ha generado para consensuar un reparto equilibrado», consideró el concejal.
Asimismo, la portavoz de Liberales, Gema Amor, puso también el foco en las modificaciones de crédito por importes millonarios que ha hecho el PP durante 2016 a la vez que apostilló la necesidad de aprobar las cuentas.
Por su parte, el representante de Compromís-Los Verdes, Josep Bigorra, quiso manifestar su desconfianza hacia el cumplimiento del presupuesto de 2016. «Sospechamos que de lo que se aprobó a lo que se ha acabado haciendo han habido muchos cambios. Necesitamos saber si hay partidas que no necesitan tantos fondos para formalizar nuestras enmiendas al borrador presentado por el gobierno local del PP», explicó el concejal nacionalista.
También desde el PSOE vienen reclamando este documento de ejecución tras haber criticado con dureza durante el último ejercicio las cuantiosas modificaciones de crédito llevadas a cabo por el PP durante 2016. El portavoz del grupo socialista, Rubén Martínez, calcula que el importante total de las citadas modificaciones ronda los seis millones de euros. Una cantidad que sumada al remanente de siete millones hace que el Ayuntamiento tenga 13 millones para repartir de más.
Ante el aluvión de reproches por parte de la oposición, la concejal de Hacienda, Lourdes Caselles, sostuvo que se trata de «excusas» para retrasar la aprobación de las cuentas. «Pueden ponerse a estudiar ya el borrador del presupuesto para este ejercicio y si tienen alguna duda las puertas de mi despacho y las del alcalde están abiertas para responderles. Hasta ahora aquí no ha venido nadie», lanzó la regidora a la vez que insistió en que su intención sigue siendo aprobar el presupuesto en el pleno de este mismo mes.
