La Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Benidorm ha dado un paso más para lograr un proceso de tratamiento y depuración de las aguas más sostenible y con menor afección al medio ambiente. Lo ha hecho por medio de una inversión municipal de 120.000 euros para instalar un sistema de aireación de última tecnología: un turbocompresor de levitación magnética, que no sólo permitirá mejorar el proceso del tratamiento biológico de las aguas residuales, sino que también reportará un notable ahorro energético y, con él, una reducción del coste económico y medioambiental. Así lo trasladaron ayer representantes municipales y de la empresa concesionaria del servicio, Aqualogy, filial de la mercantil Hidraqua, durante una visita a las instalaciones para mostrar el funcionamiento de esta nueva maquinaria.

La EDAR de Benidorm es una de las cinco plantas de depuración de mayor tamaño de la Comunidad, con una capacidad de tratamiento de 63.000 metros cúbicos de aguas residuales diarios, como los que se registran en periodos de máxima ocupación turística. Además de los caudales de la ciudad turística, también presta servicio a la totalidad del término municipal de l'Alfàs del Pi y a parte de los de Finestrat o La Nucía, según explicaron ayer los gerentes. Estas mismas fuentes señalaron que en este periodo, al haber mucha menor demanda que en otras fechas del año, la planta se somete a un proceso de limpieza, renovación y mantenimiento, para que todas las áreas en las que se llevan a cabo los distintos procesos del secundario estén a pleno rendimiento de cara a la primera prueba importante del año: la Semana Santa.

La función de un turbocompresor es la de aportar más cantidad de oxígeno al agua en la fase del tratamiento biológico, lo que favorece la actividad de las bacterias que se emplean en esta fase del proceso. En el caso de la nueva máquina incorporada a la EDAR, fuentes de la planta explicaron que este turbocompresor permitirá aportar mayor cantidad de oxígeno en el mismo tiempo que lo hacía la anterior, agilizando así el tratamiento, y, además, con menor consumo energético. Como datos, indicaron que la antigua máquina que ha sido sustituida requería de 250 kilovatios de manera constante, mientras que con el nuevo turbocompresor el consumo es variable y con un máximo de 150 kilovatios, que sólo se alcanzan cuando el mismo funciona a pleno rendimiento. «De modo que los costes de consumo energético serán inferiores y también, la huella de carbono», explicaron.

Por su parte, el alcalde de Benidorm, Toni Pérez, indicó que el dinero invertido por el Ayuntamiento para la instalación de este turbocompresor proviene del ahorro municipal obtenido en la factura de energía eléctrica y avanzó que el mismo ha servido como «locomotora», dado que la Generalitat también se ha comprometido ahora a incorporar un nuevo turbocompresor de las mismas características que éste a la EDAR de Benidorm en 2017.

De este modo, las dos máquinas que están en funcionamiento estarían renovadas al 100%, quedando otra en reserva por si se produjera alguna avería.