Ahorcado y colgando durante más de 36 horas del olivo en el que lo torturó su verdugo. Vecinos de una zona residencial del Rincón de Loix de Benidorm han denunciado este mediodía el asesinato de un gato que fue colgado por el cuello con un hilo de pescar en el jardín de un chalé abandonado de esta urbanización, en la calle Entrepinos de la ciudad, y la tardanza de los cuerpos policiales en actuar para retirar el animal.

Los residentes descubrieron los hechos el sábado por la noche, aunque desconocen cuánto tiempo hacía que el animal había sido ahorcado en este lugar. Según explicaron, se encontraba dentro del jardín de una vivienda unifamiliar en la que no reside nadie en la actualidad y que pertenece a una entidad bancaria, motivo por el cual contactaron inmediatamente con la Policía Local para alertarle de los hechos y solicitar que acudiera a descolgar al felino.

Pese a las múltiples llamadas realizadas por los propietarios de viviendas colindantes, no fue hasta ayer al mediodía cuando patrullas de Policía Local y Policía Nacional acudieron hasta el chalé acompañados de miembros de la protectora de animales de Benidorm, que fueron los encargados de liberar al gato y llevarse sus restos, siempre en presencia de los agentes, tal y como relataron algunos afectados.

«Yo he llamado un mínimo de 30 veces, pero me consta que no soy la única, que muchos otros vecinos también lo han hecho», ha explicado este mediodía una de las residentes en esta urbanización, que señaló que, aunque el felino estaba dentro de la parcela de un chalé, era totalmente visible desde la calle, «a la vista de nuestros hijos y de todos los que amamos a los animales».Reclaman que se investigue

El ahorcamiento de este ejemplar no es un caso aislado. Según trasladaron los residentes, hace menos de un mes ya ocurrió otro hecho idéntico en la misma parcela donde este gato fue torturado. A ello se unen numerosos casos de envenenamiento que se llevan registrando de forma «demasiado habitual» desde hace al menos dos años.

Por eso, los residentes exigen a los dos cuerpos de Policía personados en el lugar y también al Seprona -el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil- que investiguen los hechos para dar con el autor de tales salvajadas, que están penadas incluso con cárcel en la legislación española.

Los residentes en la zona temen que todos estos hechos hayan sido cometidos por algún vecino de la urbanización y señalaron que otra residente en la calle Entre Pinos, una señora de unos 75 años de edad que suele alimentar a felinos callejeros en un descampado próximo a este lugar, «ha sufrido amenazas y ha sido agredida por dar de comer a los gatos».

Igualmente, desde la organización estatal Escuadrón KAT también se han interesado por los hechos y tienen previsto desplazarse hasta Benidorm para conocer de primera mano lo ocurrido y poder frenar estas prácticas de maltrato a los felinos. Su portavoz, Ángel Padilla, criticó igualmente que es «inaudito que hayan permitido que un animal haya estado durante tantas horas en ese estado, a la vista de niños y de cualquier persona que transite por la calle».