Como si se tratará de un campo de batalla. Muchas carreteras secundarias de la Marina Baixa lucen un aspecto desolador tras el temporal que ha azotado a la provincia durante los últimos días. El ejemplo más claro puede observarse en la CV-70 a su paso, entre Benimantell y Benifato. En menos de 500 metros se concentran hasta cuatro accidentes naturales que han obligado a cerrar a cal y canto y, por ahora, «sine die» este tramo de carretera al tráfico rodado.

Una grieta de hasta 20 metros de longitud, el desprendimiento de varias piedras desde las montañas que envuelven esta carretera o la caída de aludes han provocado el cierre al tráfico de este tramo con el que los residentes de Confrides, Benifato y Beniardà conectan con la capital de la comarca: Benidorm.

De momento no se sabe hasta cuándo perdurará esta complicada situación que ayer ya dio graves problemas en municipios como Benifato, según explicó su alcade David Blanes. «Los camiones están accediendo por caminos rurales y cuando llegan al pueblo se dan cuenta de que no pueden acceder porque las calles son muy estrechas», explicó a la vez que solicitó más indicaciones para evitar nuevos taponamientos a lo largo de la jornada.

En otras zonas también están viviendo su particular aislamiento con varias carreteras cortadas como la CV-755 a la altura de Guadalest desde el Km, 2.5 al Km. 8 en ambos sentidos o la calle de Canterers y el camino de Sacos de Callosa d'en Sarrià.