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«Los enemigos de la inteligencia son el orgullo, la vanidad y la soberbia»

«Los enemigos de la inteligencia son el orgullo, la vanidad y la soberbia»

¿Cómo define usted la inteligencia?

Es capacidad de síntesis, capacidad para distinguir lo accesorio de lo fundamental y capacidad para captar la realidad en su complejidad y conexiones. Hay unas 14 o 15 modalidades de inteligencia que son teórica, práctica, social, analítica, sintética, discursiva, matemática, creativa, auxiliar, emocional, fenicia (negocios) e inteligencia para la vida que es saber gestionar de forma correcta los grandes argumentos que son amor, trabajo, cultura y amistad.

Esta última debe ser la más importante...

Esta es la inteligencia de las inteligencias, la pera limonera.

En su libro habla de cómo potenciar la inteligencia auxiliar. ¿Cúal es?

Se refiere a aquellas herramientas que elevan el nivel de la inteligencia natural de cualquier persona

¿Y cuáles son esos cinco conceptos para potenciarla de los que habla en su último libro?

Son el orden, la constancia, la motivación, la voluntad y la observación. El orden es uno de los mayores amigos de la inteligencia. El que no sabe lo que quiere no puede ser feliz. Ha de haber una jerarquía de valores clara y concreta.

No es fácil tener claro lo que uno quiere para marcar ese orden...

Hay gente que no lo tiene claro y por eso estamos ahí los psiquiatras y psicólogos.

Vamos a otro de esos factores que potencian la inteligencia. ¿Cómo influye la constancia?

Es saber esperar y saber continuar, la capacidad de que las cosas tengan continuidad. Una de las características de la persona inmadura es la inconstancia, empezar muchas cosas y no acabar ninguna.

¿También se ejercita?

Sí. Se ejercita haciendo una especie de tabla de ejercicios que es insistir, no darse por vencido.

¿Y la motivación?

La palabra viene de motus que es lo que mueve, lo que empuja, lo que arrastra a una persona a actuar. Puede ser física, psicológica, social o cultural. La física va desde estar en forma a no querer engordar o tener los medios económicos suficientes. La psicológica busca encontrarse uno a sí mismo y tener una personalidad equilibrada. La social es saber moverse con soltura en el terreno interpersonal y la cultural es la que nos ayuda a crecer por dentro.

Pasemos a la voluntad. ¿Cómo eleva la inteligencia?

Es la capacidad para ponerse objetivos e irlos alcanzando y es uno de los indicadores más claros de una persona madura y equilibrada. No es hereditaria sino adquirida y se consigue mediante ejercicios pequeños que se pone uno a sí mismo. Se podría hacer una tabla de ejercicios de voluntad: Ahora me pongo a estudiar sin ganas porque es mi obligación, luego hago otra tarea que es buena para mí aunque no me apetece, y luego apago la televisión y quito un programa basura para coger un libro. La costumbre de vencerse en lo pequeño es el mejor camino para avanzar en la voluntad.

¿Cómo se educa a los jóvenes en la voluntad?

Deben mirar a las distancias largas. Se trata de que en la adolescencia se ofrezca a los jóvenes modelos de identidad atractivos y sugerentes. Por ejemplo, las mejores páginas de su vida las escribió Mandela en la cárcel. Churchill decía que había aprendido mas de las derrotas que de las victorias.

¿Entonces, hay que sufrir desgracias para aumentar la inteligencia?

No necesariamente. Se puede aprender de las lecciones de otros.

Por último, observar y tomar nota.

Sí. Muy poca gente cuando va a una conferencia apunta lo que oye del experto sin darse cuenta de que, cuando una persona apunta algo, se activa un territorio del cerebro que fija la idea que entra de forma mas rotunda.

Usted aboga por la importancia de leer...

La lectura es a la inteligencia lo que el ejercicio físico es al cuerpo. Ahora en la era digital e internet la gente es menos culta porque lee menos. La lectura es una puerta a la cultura y es algo que se debe promover desde la familia.

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