La Fiesta le corre por la sangre desde mucho antes de abrir los ojos al mundo. Nacida en una familia muy vinculada a las tradiciones locales, sus padres, Ana y José Manuel -fallecido cuando ella apenas tenía tres años-, fueron presidentes de la Associació de Penyes y desde el minuto uno le inculcaron la devoción por los dos patronos. Por eso, está convencida de que éste va a ser un año mágico. Desde ayer, lleva con orgullo ser la reina de las Fiestas Mayores Patronales y sueña con que llegue el día de llevar a la Virgen del Sufragio su ramo de flores como máxima representante festera de la ciudad.

¿Qué supone para una joven de su edad ser reina de las Fiestas Mayores Patronales?

Una ilusión grandísima y un deseo cumplido. Cuando fui dama infantil, en el año 2008, ya tenía muchísimas ganas de ser, pero nos quedamos dos y al final salió elegida la otra niña. Así que esta vez, cuando oí mi nombre, la alegría fue inmensa.

Imagino que en su casa, con lo festeros que son, estarán también contentísimos.

Mucho. Mi madre, mis tíos, mi primo,... Todos. Todos tenían mucha ilusión. Y mi padre seguro que también. Desde el día que nací, su deseo era verme algún día como reina de las Fiestas y le hubiera gustado mucho vivirlo conmigo. Por eso, lo primero que hicimos el día siguiente de la Elección fue ir al cementerio a llevarle el ramo y a decirle: «Aquí estoy. Soy la reina».

También ha vivido desde el primer día vinculada a las peñas. ¿Tiene peña propia?

Siempre he sido peñista. Primero en El Forat con mi madre; en el All i Oli, con mis tíos Nati y Jaime y en las últimas Fiestas, fue la primera vez que tuve una peña yo sola: El Cabasset. Somos 26 chicas, todas de mi edad.

¿Y cómo fue la experiencia?

Genial. Fue la primera vez que vivía «sola» las Fiestas con mis amigas, tuvimos un local en los Almendros y lo pasamos muy bien. Es muy recomendable tener peña, aunque siempre que no sea sólo para vivir la noche.

Pues eso es lo más habitual entre los jóvenes de su edad.

Sí, pero yo no lo comparto. Nosotras con nuestra penya participamos en todos los actos, de día y de noche: la Ofrenda, las mascletás,... Y luego está la gente que se cree que las Fiestas solo sirven para beber, beber y beber.

¿Falta más implicación?

Mucha. En mi entorno, conozco a gente que, cuando fui elegida reina, ni siquiera sabía lo que era eso. Y es una pena. Los jóvenes tenemos la responsabilidad de mantener vivas las tradiciones de nuestro pueblo, somos el futuro de nuestras Fiestas y tenemos que preocuparnos. Por ejemplo, yo misma hice de «guía» a unos turistas ingleses el año pasado para explicárselas.

Cuente, cuente.

Íbamos por la calle y nos preguntaron por un desfile. Yo llevaba un programa y se lo regalé para que se enteraran de todo lo que se hacía. Y también les dije las cosas que no se podían perder.

¿Qué es lo que usted nunca se intenta perder?

En el plano religioso, me gusta la Ofrenda, cuando se llena la puerta de la iglesia de flores para la Virgen y la gente sube tan contenta con sus ramos por la calle Mayor. Y en el más lúdico, las carrozas, porque mi padre me llevaba a coger caramelos.

¿Qué espera de este año?

Disfrutar mucho. Sé que va a ser increíble y que mis damas y yo lo vamos a vivir a tope. Sé que será complicado compaginarlo con los estudios y otras cosas, porque el Bachillerato exige mucho, pero intentaré organizarme lo mejor posible para llevarlo todo adelante.