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Una barrera a la peatonalización del paseo de Poniente de Benidorm

Residentes y comerciantes creen que el carril que discurre entre la acera y el paseo supone una traba

Imagen de la Armada Española, donde se aprecia la barrera física entre la acera y el paseo David Revenga

«Esto no es Levante, porque allí no hay un carril que cruza por enmedio y divide las aceras como ocurre aquí. Si iban a hacer peatonal esta zona, tendrían que haberlo pensado desde el primer día, cuando se hicieron las obras del nuevo paseo». La semipeatonalización acordada por el Ayuntamiento de Benidorm para la primera línea de Poniente, siguiendo el modelo de la otra playa y que se hará efectiva cien por cien a partir del próximo lunes, ha despertado algunos recelos entre residentes y comerciantes de la avenida de la Armada Española. Y no sólo por la restricción del tráfico a poco más de 2.200 coches, sino también por la configuración en sí del propio paseo.

Así lo trasladaron ayer las distintas personas consultadas por este diario, que consideran que el proyecto de peatonalización nace desde el primer día con una importante barrera: la falta de integración entre los distintos espacios que componen la primera línea.

Cuando se accede a esta avenida, el peatón tiene dos únicas opciones para transitar: el premiado paseo marítimo que en su día diseñó Carlos Ferrater y la acera de enfrente, que no guarda relación estética alguna con el mismo y junto a la que se ubican los comercios, restaurantes, hoteles o viviendas. Entre ambos espacios, discurren uno o dos carriles de circulación, además de una zona de aparcamiento para carga y descarga y el carril bici. De modo que, como expresan los vecinos, hay una clara separación física que, pese a la restricción del tráfico que se implantará a partir del lunes, impedirá que los peatones puedan desplazarse con facilidad de un lado a otro.

Las obras de remodelación del paseo de Poniente finalizaron en el año 2009, creando esta barrera física y sin que las administraciones públicas barajaran, ni por asomo, la posibilidad de hacer de todo este espacio una zona peatonal. Y eso es lo que lamentan muchos residentes y comerciantes, que creen que entonces podría haber sido el momento de llevar a cabo un proyecto todavía más ambicioso, como el que se hizo en su día en Levante.

Rebaje de aceras

El gobierno local de Benidorm reconoció ayer ser consciente de ello. Y afirma que ya está buscando soluciones. «Sabemos que es cierto que existe esta barrera pero ya se ha pedido a los técnicos que realicen un estudio y aporten soluciones técnicas para integrar este espacio», aseguró el portavoz del PP y edil de Movilidad, José Ramón González de Zárate. El edil no descartó que a lo largo de 2017 se puedan iniciar algunas obras para «unir» ambos espacios peatonales, aunque reconoció que, por ahora, la solución pasaría por hacer un rebaje de aceras y esperar a contar con fondos suficientes para poder ir más allá de cara al futuro.

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