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Benidorm pide al Catastro un censo para exigir inspecciones a los edificios de más de 50 años

El Ayuntamiento no ha puesto en marcha el registro para evaluar las construcciones más antiguas, a pesar de que por ley debía hacerlo desde 2012

Benidorm pide al Catastro un censo para exigir inspecciones a los edificios de más de 50 años

Aunque es el elemento urbano más conocido y difundido de la ciudad, Benidorm no es sólo grandes hoteles y altos rascacielos. Junto a esos gigantes de hormigón también conviven decenas, cientos de edificaciones, que se construyeron en paralelo al boom de la ciudad y el desarrollo del primer Plan General de Ordenación Urbana de 1956, muchas de las cuales presentan desde hace años un estado de conservación que difiere mucho de la imagen más turística de la ciudad. ¿Cuántas son? Eso es lo que trata de determinar ahora el Ayuntamiento de Benidorm, que ha pedido a la Dirección General del Catastro un censo de todas las viviendas de más de 50 años de antigüedad, para exigir a sus propietarios que certifiquen su estado por medio de una inspección técnica de la edificación (ITEs), las conocidas como las ITV de las viviendas.

Si bien es cierto que la legislación autonómica y estatal tienen desde hace años regulada la obligatoriedad de llevar a cabo estas revisiones -la última regulación data de 2012- y son muchos ya los ayuntamientos de la provincia que las han puesto en marcha en sus edificios, el Consistorio benidormense sigue todavía sin dar cumplimiento a esta normativa, según reconoció la concejal de Urbanismo, Lourdes Caselles. Y ello, a pesar de que cuando esta misma edil se encontraba todavía en la oposición municipal, exigió en varias ocasiones al anterior ejecutivo iniciar los trabajos para ponerlas en marcha. La edil asumió que Benidorm va «con mucho retraso» en esta materia, un hecho que atribuyó, por un lado, a la falta de un registro municipal con los años de construcción de los inmuebles más antiguos y, por otro, a que en los últimos años no se ha avanzado nada en este asunto, por lo que «hay que empezar todo el trabajo desde cero», agregó Caselles. Y eso es lo que quieren hacer a partir de ahora.

Notificación a los propietarios

El primer paso -esto es, pedir al Catastro información para poder elaborar un registro- ya está dado. Ahora, en cuanto el Consistorio reciba toda la información solicitada, comenzará el resto. «Se enviará una carta a todas las comunidades de propietarios informándoles de la situación y se les exigirá que realicen estas inspecciones y las remitan al Ayuntamiento, dándoles un plazo de tiempo prudencial, para saber si cumplen todos los requisitos», explicó la edil de Urbanismo. Entre ellos, cómo se encuentra la estructura de la finca, el estado de sus fachadas y cornisas o el grado de accesibilidad, entre otras.

Caselles no pudo avanzar si quiera una cifra aproximada del número de inmuebles que se verán obligados a realizar estas ITEs, aunque el número no será baladí. «Podrían ser decenas», se aventuró la edil. De hecho, basta recordar que el primer plan urbanístico de la ciudad se aprobó en 1956, hace ahora 60 años, cuando la ciudad contaba con poco más de 5.000 habitantes y que propició no sólo su desarrollo urbano, sino también la construcción de los primeros edificios en altura, como el edificio Frontalmar, de 14 plantas y cuya construcción finalizó en 1963.

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