El cementerio municipal de Altea, construido en 1869, se ampliará en 620 nichos más tras firmarse la pasada semana un convenio entre el Ayuntamiento y el propietario de los terrenos adyacentes al camposanto con el fin de hacer efectiva la mayor superficie de enterramiento posible en la parcela de ampliación.

La concejala de Urbanismo, Imma Orozco, informó ayer de que desde la concejalía de Infraestructuras, «su titular Roque Ferrer, de quien depende la gestión del cementerio, puso sobre la mesa la problemática existente con la capacidad limitada del cementerio para que se buscara una solución urbanística viable ya que, de acuerdo con los informes técnicos y los partes mensuales de enterramientos, estaría agotada a corto plazo».

Ante esta situación, desde el departamento de Urbanismo «nos planteamos los diferentes escenarios posibles. Por un lado, la imposibilidad de gestionar con la urgencia necesaria la parcela contemplada por el PGOU en el Montahud para la construcción de un nuevo cementerio, ya que depende del desarrollo del Plan Parcial Expo Altea. Y por otro, buscar alternativas que fueran útiles a medio plazo, asumibles desde el punto de vista económico y compatibles con la planificación a futuro del nuevo cementerio». Una de esas alternativas era la de ocupar de forma efectiva toda la superficie de la parcela que constituye la zona nueva del cementerio. Orozco recordó que esa parcela se adquirió en 2002 «a través de un convenio que el gobierno municipal del PP nunca llegó a pagar y que la superficie efectiva de enterramiento era de sólo un tercio del total». La edil explicó que la legislación marca que la zona de enterramientos «debe guardar un perímetro de protección de 25 metros de suelo que debe estar calificado, además, como dotacional», razón por la cual «se iniciaron las negociaciones con el propietario del terreno colindante con el fin de poder adquirir el suelo necesario para establecer ese retranqueo». La edil de Urbanismo afirmó que aunque se podría haber optado por la expropiación, «teníamos claro que a través del diálogo podíamos llegar a una propuesta más ventajosa para las dos partes, aparte de que evitábamos la carga económica de la expropiación para las arcas municipales».