Los benidormenses esperan todo un año a que llegue el segundo fin de semana de noviembre para vivir sus días grandes en las calles del Calvari. Pero a tan solo un kilómetro, en lo que se conoce como «zona guiri», la fiesta en mayúsculas tiene lugar el jueves posterior a las celebraciones locales y atrae cada año a un mayor número de británicos dispuestos a rendirse ante lo que se considera ya la madre de todas las juergas del Rincón de Loix, la «Fancy Dress Party» (divertida fiesta de disfraces).

Los británicos se olvidan de sus complejos durante esta jornada y hacen gala de su escaso pudor a la hora de disfrazarse. La originalidad no tiene límites y las ganas de juerga tampoco. Así, desde bien temprano un gran río de color inundó ayer la «zona guiri». Calles como Gerona, Lepanto o Ibiza estaban a rebosar de ingleses dispuestos a darlo todo ya desde el mediodía. Cerveza en mano, los protagonistas de la «Fancy Dress Party» hicieron ayer cientos de nuevos amigos a medida que iba pasando la mañana.

Desfile como novedad

La auténtica juerga arrancó a partir de las 16.00 horas con el espectacular desfile de carrozas, la principal novedad de esta edición. Cada establecimiento de la zona y también los hoteles dispusieron cada uno de estos carruajes motorizados que recorrieron las principales calles de la «zona guiri». El pasacalles también contó con una batucada y un conjunto de bailarinas brasileñas que pusieron todavía más ritmo a la jornada festiva, que terminó con una gran fiesta de la espuma.

«Algunos de los asistentes que estuvieron en los pasacalles celebrados esta semana en el centro de la ciudad nos han dicho que éste les ha gustado más», señaló ayer el presidente del colectivo que agrupa a los locales de ocio nocturno de Benidorm (Ociobal), Víctor Navarro. No hay que olvidar que los promotores del evento son los mismos responsables de los bares de la zona, quienes hace más de dos décadas diseñaron esta fiesta para rendir homenaje a sus mejores clientes: los turistas británicos.

Iniciativa privada

Por tanto, son los propios responsables de los locales de las zona los que se ocupan de financiar el montaje de esta singular fiesta que cada jueves posterior a las celebraciones patronales congrega a miles de personas. El Ayuntamiento tan solo ofrece el apoyo logístico del evento, regulando el tráfico y haciendo los necesarios cortes de calles a pesar de que es una cita que este año ha llegado a reunir a cerca de 40.000 personas, según apuntaron fuentes municipales.