Menos pólvora a cambio de introducir dulces. En la última jornada de las Fiestas Mayores Patronales de Benidorm tiene lugar una particular mascletà en la que los caramelos y el confeti le roban gran parte del protagonismo a la masa explosiva. Un estadillo de caramelos, que se efectúa en la plaza del Ayuntamiento, al que cada año asisten centenares de pequeños para comenzar a recaudar provisiones que, durante la tarde, amplian gracias al desfile de carrozas.

En esta mítica mascletà infantil, con la que los benidormenses despiden los actos diurnos de sus días grandes, se entremezclan los petardos con las bolsas de caramelos y confetis. Como si se tratara de una piñata enorme, la explosión de la pólvora hace saltar por los aires un gran número de dulces que despiertan el apetito de los más pequeños. Incluso los niños más miedosos no quieren dejar pasar la oportunidad de recoger las golosinas y pedían ayer a sus padres permiso para acceder al recinto pirotécnico una vez concluido el disparo.

Poca intensidad

Así, tras una explosión apta para todos los públicos por su corta duración y escasa intensidad a cargo de la pirotecnia Ricardo Caballer, los más pequeños entraban al recinto a la carrera, pasadas las 13.00 horas, a la búsqueda de los caramelos que segundos antes habían observado saltar por los aires y caer al suelo. Entre los pequeños se encontraba la reina infantil, Paula González de Zárate, y sus damitas. El disparo de apenas 15 kilos de masa explosiva tiene como fin acercar las tradiciones a los más pequeños.

También para los mayores

No obstante, minutos antes de las 13.00 horas, momento para el que estaba programada la mascletà infantil, un fuerte estruendo hizo vibrar la plaza del Ayuntamiento de Benidorm. El disparo previo, también a cargo de la pirotecnia Ricardo Caballer, deleitó a los asistentes adultos al evento así como a las cientos de personas procedentes de distintas entidades festeras que se encontraban en la carpa de los mayorales celebrando el acto previo de hermanamiento festero.