«Es la mejor semana del año para el sector». Así de tajante se mostró ayer José Antonio Gómez, vicepresidente de Radiotaxi Benidorm, en lo relativo al negocio durante los días grandes de Benidorm. El elevado número de turistas que desembarcan en la ciudad de los rascacielos durante estas jornadas atraídos por el carácter abierto de las celebraciones unido a la necesidad de muchos peñistas de tirar de transporte público cuando, a altas horas de la madrugada, deben volver a sus casas con unas copas de más hace que noviembre sea un mes clave para el colectivo de taxistas de la capital de la Costa Blanca.

Tanto es así que, durante las «noches grandes» de Benidorm, toda flota de taxis de la ciudad -alrededor de tres centenares de vehículos- recorren las calles de la ciudad para trasladar, en gran medida, a los propios festeros. «Entre el 80 o el 90% de nuestra clientela nocturna de estas jornadas se trata de peñistas», dijo ayer el representante de Radiotaxi.

Hay que tener en cuenta que muchos de los que participan en las fiestas viven en zonas alejadas del núcleo de las celebraciones, que se concentra en el barrio del Calvari y aledaños. De ahí que muchos opten por tirar del transporte público para volver a sus hogares cuando el cuerpo ya no puede más. «El trabajo estos días empieza a las 23.00 horas y se prolonga hasta las 5.00 de la mañana», explicó Gómez. O lo que es lo mismo, desde que acaban los actos del programa festero, hasta que las peñas echan el cierre a sus locales.

Por todo ello, en apenas seis horas, los taxistas de Benidorm pueden llegar a facturar el doble que cualquier otra noche del año, como cifraron ayer desde el colectivo. A ello, hay que añadir que cuando concluyen las Festes Majors Patronals se celebra en Benidorm la Fancy Dress Party. Una fiesta diseñado por y para los británicos en plena «zona guiri» que cada año mueve mayor número de visitantes y que, en definitiva, hace que los taxis hagan caja.