El arranque oficial de las Fiestas Mayores Patronales ha traído consigo un gran aluvión de personas dispuestas a disfrutar de los días grandes de Benidorm. El carácter abierto de las celebraciones, la vistosidad de los actos o la hospitalidad de los peñistas, que al fin y al cabo son la verdadera alma de la fiesta, atraen cada año a miles de visitantes que llegados desde cualquier punto del país y también de más allá de sus fronteras desbordan estos días el auténtico corazón de la ciudad.

Transitar por el pequeño entramado de calles que aglutina las sedes festeras, con epicentro El Calvari, es casi misión imposible desde el pasado viernes. Pero el colapso también se deja ver en otras vías aledañas al centro histórico. La ciudad recibe un continuo reguero de gente que, animada por la música y el buen ambiente, llena las calles a cualquier hora pese al descenso de temperaturas que se ha registrado durante los últimos días. Así, los numerosos actos celebrados durante la jornada de ayer, una de las más solemnes de las celebraciones, congregaron a numeroso público.

La entrada de bandas, que tuvo lugar durante la mañana de ayer, o los actos festeros vespertinos de la jornada, como la Escenificación del Hallazgo, la ofrenda de flores a la Mare de Deu de Sofratge o el pregón volvieron a reunir a miles de personas. Un año más las Fiestas Mayores Patronales demostraron su poderío y su capacidad de atracción.

Revulsivo turístico

El gran número de personas que desembarcan estos días en Benidorm, atraídos por los múltiples atractivos de las Festes Majors Patronals, vienen a ser un auténtico revulsivo turístico para los hoteles de la ciudad, especialmente los que se encuentran en el centro. Aunque es noviembre, parece pleno mes de agosto. El desfile de autobuses que a cada rato descarga pasajeros en algunas de las principales calles del centro de la ciudad, como Ruzafa, da una idea del gran volumen de negocio que estos días registran los alojamientos del casco histórico en los que ya se ha colgado el cartel decompleto.

De hecho, como confirmaron ayer responsables de varios establecimientos hoteleros ubicados en pleno corazón de la ciudad apenas quedan habitaciones disponibles para estos días. «Lo tenemos todo vendido. Incluso para después de las celebraciones», indicaron ayer desde un conocido alojamiento emplazado en la calle Ruzafa. «Muchos clientes son de fuera de la ciudad que vienen a cosa hecha para las fiestas pero buena parte de las reservas las efectúan los mismos vecinos de la ciudad que viven en barrios más alejados», detallaron ayer a la vez que aseguraron que en su hotel las tarifas se mantienen al mismo nivel que el resto de la temporada baja. «Por cerca de 50 euros puedes pasar la noche», cifró. Eso sí, la estancia mínima es de cuatro días y ahora ya no hay nada libre.

A pocos metros, en un hotel de la calle Gambo, la situación es prácticamente idéntica. «Tenemos desde clientes ingleses hasta grupos que vienen de otros pueblos de la provincia por las Festes Majors Patronals», indicaron. En este establecimiento los precios sí suben a consecuencia de la alta demanda. «El coste por noche puede verse incrementado en torno a los 20 o 25 euros en función del tipo de habitación», detallaron.

Un auténtico tirón para los hoteles del centro de la ciudad que ven disparar el ritmo de pernoctaciones con respecto al resto de alojamientos de la capital de la Costa Blanca, donde la media de ocupación ronda el 85%, según apuntaron desde la patronal hotelera Hosbec. En cambio, los hoteles del casco antiguo están a reventar.

Tráfico

El aluvión de visitantes sumado a los múltiples pasacalles y actos festeros que se celebran durante cada jornada y obligan a realizar cortes de calles puntuales provoca momentos de auténtico caos circulatorio en los viales más frecuentados de la ciudad de los rascacielos. Según la hora, acceder por una determinada zona a Benidorm puede convertirse en una auténtica pesadilla no apta para ansiosos. Sí encontrar aparcamiento en cualquier época del año es una tarea complicada, en plenas Fiestas Mayores Patronales se torna casi imposible. Los aparcamientos privados son, al final, la única salida tras dar vueltas y vueltas.