Peleó contra el mar en marzo de 1740 hasta, finalmente, llegar a las playas de su Benidorm y volvió a pelear ayer contra él en el particular viaje en el tiempo que todos los años recuerda el milagro de la Mare de Déu. La Asociación Cultural y Recreativa La Barqueta rememoró ayer sobre la arena de Poniente los hechos históricos que relatan cómo se produjo la llegada de la Virgen del Sufragio a las playas, a bordo de un londro que navegaba a la deriva y sin tripulación. Según constatan numerosos documentos, tras ser arrastrado por tres marineros de la localidad hasta la orilla, la embarcación tuvo que ser quemada por el temor de las autoridades a que pudiera ser foco de infecciones de la época, principalmente la peste. Pese a que las llamas devoraron por completo el navío, la imagen de una Virgen con un Niño que coronaban la popa de esta barca quedaron intactas del fuego, de ahí que los pobladores de aquel Benidorm de hace 276 años decidieran llevarla hasta la iglesia para nombrarla «reina y señora» de la localidad.

Más de 60 miembros de La Barqueta fueron los encargados de escenificar ante cientos de espectadores el texto escrito por el historiador Pere Maria Orts i Bosch, en base a los documentos descubiertos por él mismo en los años 60 en el Archivo General de Simancas, y que venían a constatar histórica y documentalmente que la leyenda sobre este hecho, que se contó durante años y años de padres a hijos, efectivamente ocurrió.

El acto, cuyo arranque estaba previsto para las cinco de la tarde, se inició con casi media hora de retraso, aunque después fue prácticamente rodado. El mayor impedimento fue trasladar el londro hasta la orilla, debido a que, en esta ocasión, se empleó una vieja barca de madera donada por un particular a La Barqueta, según explicó el presidente de esta entidad y presidente de honor a perpetuidad de las Fiestas Mayores, Francisco Llorens, Rosera.

El mal estado de su base hizo que la madera absorbiera mucha agua y semihundiera la embarcación, lo que a su vez provocó que aún entrara más agua a su interior. Para salvar este obstáculo, antes de empezar el acto, se colocaron unas boyas que permitieron que ésta pudiera flotar. Una vez en la orilla, hubo que hacerle varios agujeros para sacar el agua y obligó a los actores de esta agrupación a emplearse a fondo en el arrastre de la misma con cuerdas, debido a que su elevado peso.

Sin embargo, una vez que estuvo en la posición idónea, las llamas la devoraron por completo casi de inmediato e hicieron que la barca ardiera durante casi veinte minutos. Pese a que el material de su construcción jugó una mala pasada a la hora de transportarla, sí ofreció una gran ventaja en la quema: al ser de madera y no de poliéster, como en otras ocasiones, el humo que emanó de la misma fue mucho más «limpio», lo que fue toda una ventaja para el numeroso público que presenciaba la representación desde las gradas y las barandillas del Parque de Elche.

Los espectadores aguantaron hasta el final, para ver cómo los miembros de La Barqueta aupaban a lo alto a la Virgen, a pesar de que la noche ya había cubierto por completo el cielo y de la humedad y las bajas temperaturas que la oscuridad trajo consigo.

Interés Turístico

La Escenificación del Hallazgo cuenta con la declaración de Fiesta de Interés Turístico de la Comunidad Valenciana desde el pasado año 2015, cuando se celebró el 275 Aniversario de la llegada de la patrona a la localidad. Ahora, el nuevo reto para la Asociación Cultural La Barqueta y el Ayuntamiento es ir un paso más allá y lograr la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional, como avanzó Rosera, quien pidió para ello la colaboración de todo el pueblo.