Máxima concentración y mucha puntería son dos de los requisitos de sobra demostrados por los «darderos» que desde anoche hasta el próximo domingo irán a por todas en el Palau d'Esports L'Illa de Benidorm. El pabellón de esta instalación deportiva quedó ayer copado de lado a lado con más de 200 dianas listas para albergar, por séptimo año consecutivo, la XXIV final del campeonato nacional de dardos electrónicos que organiza Bullshooter Dart Federation, una competición con la que la ciudad también pretende hacer su propia diana desde el plano turístico.

Más de 10.000 personas entre participantes y acompañantes, se han desplazado hasta Benidorm desde las trece comunidades autónomas de España donde se disputan distintas ligas, atraídos por esta prueba. Y, junto a ellos, otros aficionados llegados desde distintos países, como Reino Unido, Francia o Alemania, convirtiendo por unos días a Benidorm en el epicentro de esta modalidad, que dejará unas 40.000 pernoctaciones en la planta hotelera local.

La prueba se inició anoche con la «Copa Benidorm», un pequeño torneo fuera del calendario oficial, que sirvió a los jugadores como «calentamiento y reconocimiento» de los rivales de cara a lo que se avecina a partir de la jornada de hoy, según explicó ayer Robert Nisbert, miembro de la organización y fundador de la primera liga de dardos en España hace ahora 25 años. Durante la jornada de hoy, se celebrarán las competiciones individuales y por parejas, tanto masculinas como femeninas, mientras que el sábado y el domingo se disputarán las finales por equipos, de ambos sexos y de distintas categorías, cada uno de ellos formado por cuatro «darderos».

«Benidorm es para nosotros un destino fijo. A los jugadores les encanta venir: las instalaciones son estupendas y la ciudad tiene cosas que no se pueden encontrar en ningún otro sitio, como el clima, el ambiente o los servicios», agregó Nisbert.