Mientras que la capital turística de la Costa Blanca ha conseguido escapar, en cierto grado, de la estacionalidad que se vive en destinos competidores, donde la planta hotelera cierra casi al completo durante el invierno, otras ciudades de la provincia siguen trabajando para que la temporalidad no les gane la partida.

De hecho, la media de establecimientos hoteleros que seguirán abiertos en toda la provincia durante el invierno apenas supera el 61% frente al cerca del 75% en el que se sitúa Benidorm.

Del total de hoteles que cerrarán en la Costa Blanca entre noviembre y mayo, un 14% lo harán para ejecutar reformas de calado en sus establecimientos y conseguir una nueva imagen mientras que hasta un 24% echarán el cierre por fin de temporada. a. s. s.