Tras más de cinco meses dando largas al proyecto, la Conselleria de Educación ya ha encontrado una solución para retirar el tejado de fibrocemento que cubre el gimnasio y el comedor del colegio público Vasco Núñez de Balboa: autorizar al Ayuntamiento para que ejecute la obra. Así lo anunció ayer el alcalde Toni Pérez, tras recibir un correo de la Dirección Territorial de Educación para sustituir el amianto con cargo a las arcas municipales.

El visto bueno de la Conselleria se produce días después de que la comunidad escolar de este centro iniciara una serie de protestas convocadas por la AMPA, que tenían previsto repetir los jueves de cada semana, por la preocupación de las familias a que sus hijos sigan conviviendo día a día con el amianto, un material tóxico que puede provocar enfermedades graves.

Aunque el problema de esta cubierta, instalada hace 41 años, se ha acrecentado en los últimos meses por su mal estado, la reivindicación de mejoras en el Vasco Núñez de Balboa no es nueva. Padres y docentes llevan años alertando de la existencia de grietas, desperfectos y del propio tejado de uralita, por lo que en diciembre de 2015 Educación anunció un proyecto de reforma.

Tras meses sin tener noticias, los padres retomaron sus reivindicaciones y lograron que la dirección del centro clausurara en mayo el gimnasio. Entonces, el Ayuntamiento se ofreció para sustituir la cubierta, pero obtuvo una negativa por parte de Educación, que aseguró que ya tenía licitados 325.000 euros para, entre otras cosas, actuar en ese tejado. «Viendo que todo seguía igual, hemos reiterado en numerosas ocasiones el ofrecimiento, pero no nos han autorizado a hacer la obra hasta ahora», lamentó ayer el alcalde popular.

Aunque no pudo concretar los plazos, Toni Pérez explicó que los técnicos llevan meses trabajando en el proyecto y ya cuentan con varios presupuestos, que oscilan entre los 25.000 y los 34.000 euros. El primer edil señaló que la adjudicación de la obra se hará de forma paralela a la solicitud de las autorizaciones de la Dirección General de Trabajo. Igualmente, «se consensuará un calendario con el colegio para causar las menores molestias y perjuicios posibles, pero la voluntad es que el fibrocemento desaparezca cuanto antes del Vasco. Como muy, muy tarde, para las vacaciones escolares de Navidad», aseguró Pérez.