El hecho de que Benidorm carezca a día de hoy de un centro comercial en su término municipal ha provocado que, en los últimos años, Finestrat haya experimentado un aumento en su volumen de negocio, gracias al complejo La Marina, que prácticamente linda con suelo benidormense. La proximidad y el atractivo que representa ha generado una pérdida de ingresos para el tejido empresarial de la capital de la Costa Blanca en torno a los 37 millones de euros al año, como cifró un estudio elaborado por el Consejo de Cámara de Comercio, Industria y Navegación de la Comunidad Valenciana, que fue encargado por el Consell de forma previa a la autorización concedida a la ciudad turística para implantar su primer macrocentro, como ya adelantó este diario.

La fuga de clientes desde Benidorm hasta el gran complejo comercial de Finestrat hace que muchos vaticinen un cambio de tendencia a favor de la ciudad de los rascacielos si llega a aprobarse, de forma definitiva, la aprobación de las grandes superficies. Un anhelo que por ahora sigue en el aire . El próximo paso tendrá que darlo el Ayuntamiento para aceptar o no las alegaciones presentadas. a. s. s.