Los terrenos de Armanello siguen siendo, pese a todo, un caramelo muy goloso para determinados inversores. Ni las incógnitas sobre cuándo y cómo se desarrollará la mayor bolsa de suelo que queda por urbanizar en Benidorm, ni la degradación que acusa el sector han supuesto un problema para que la filial inmobiliaria del Banco Sabadell, Solvia, haya logrado desprenderse de los solares que tenía en su poder en esta parte de la ciudad, como confirmaron a este diario fuentes de la entidad bancaria.
En pleno debate sobre el futuro de un proyecto urbanístico clave para el crecimiento de Benidorm, Solvia ha liquidado prácticamente la totalidad del suelo que poseía en la zona. Así las cosas, la filial inmobiliaria del Sabadell ha vendido, hace escasamente dos semanas, un total de 90.000 metros cuadrados del sector. O dicho de otra forma, una sexta parte de Armanello, que abarca una superficie total de 565.000 metros cuadrados. El coste de la operación asciende a los dos millones de euros, según cifraron fuentes consultadas por este periódico. Casi nada. No obstante, por ahora no ha trascendido el nombre o la empresa que se ha adjudicado la compra.
Lo que está claro es que mientras el Ayuntamiento de Benidorm decide qué hacer con la mayor bolsa de suelo pendiente de urbanizar de la ciudad, las negociaciones para adquirir una parte de la misma siguen su curso. No hay que olvidar que el gobierno local popular del exalcalde Vicente Pérez Devesa, adjudicó en el año 2002 el proyecto de urbanización de Armanello al polémico empresario Enrique Ortiz. Pero el plan nunca llegó a ejecutarse. Las pugnas en los juzgados entre el constructor, los propietarios del suelo y el propio Ayuntamiento bloquearon el desarrollo del sector, a la vez que los terrenos quedaron abandonados a su suerte convirtiendo la antigua zona de la huerta benidormense en un foco de suciedad e inseguridad.
Todo ello desembocó en la retirada de la condición de agente urbanizador al empresario alicantino. Una decisión que el Consistorio aprobó definitivamente hace algo más de un año. Al mismo tiempo, el actual gobierno popular desprogramó el proyecto que planeaba sobre estos terrenos, dejando su futuro en el aire. Y de momento, no hay novedad.
El ejecutivo municipal popular todavía se debate sobre si asumir la gestión directa del proyecto de urbanización o, por contra, adjudicar de nuevo el sector a un tercero. Mientras tanto, los grupos de la oposición muestran sus temores sobre el riesgo de que el antiguo agente urbanizador, el controvertido Enrique Ortiz, adquiera los terrenos que todavía quedan en manos de pequeños propietarios de la zona o de entidades bancarias que, como Solvia, se quedaron con parte del sector durante los casi tres lustros que el plan estuvo bloqueado.
Una posibilidad que, de materializarse, pondría en jaque el poder que por ahora tiene la administración local sobre el suelo, ya que si un único propietario logra hacerse con más del 51% de los terrenos tendría el derecho a asumir el desarrollo de un sector en el que estaba planeado levantar 3.000 viviendas, siempre y cuando el Consistorio descarte la gestión directa del proyecto.
Con todo, fuentes cercanas al empresario Enrique Ortiz, consultadas por este diario, rechazaron que el comprador de los terrenos que acaba de vender Solvia sea el propio constructor.
