Implicar a efectivos de seguridad de todos los escalafones para poner coto a las plazas de alojamiento ilegal diseminadas por las zonas más turísticas de toda la Comunidad Valenciana. Este es el planteamiento que la directora general de Turismo, Raquel Huete, puso ayer encima de la mesa durante la asamblea anual de la Asociación de Apartamentos Turísticos de la Costa Blanca (Aptur), un colectivo que viene sufriendo durante los últimos meses la fuga de clientes hacia la oferta no reglada, al igual que los establecimientos hoteleros de toda la provincia, especialmente en la ciudad turística por excelencia: Benidorm.
Por ello, Huete quiso dar ayer un paso al frente y comprometerse ante los empresarios del sector de los apartamentos turísticos en una reunión celebrada en la sede del Invat.tur, emplazada en la ciudad de los rascacielos. Así, la número dos del secretario autonómico de Turismo, Francesc ColomerFrancesc Colomer, explicó su intención de implicar a los agentes de la Policía Local de Benidorm para incorporarlos a la lucha abierta desde la Generalitat contra la oferta sumergida, a base de dotarles de formación en este tipo de materia. Una forma de redoblar la presión sobre las plazas irregulares y evitar el daño económico que generan al alojamiento reglado.
La directora general de Turismo aprovechó su intervención durante la clausura de la asamblea anual de Aptur para explicar su propuesta, ante la atenta mirada de los empresarios del sector, liderados por Miguel Ángel Sotillos. También estaba presente el alcalde de Benidorm, el popular Toni Pérez, quien tras las palabras de Huete ofreció su discurso sin entrar a valorar la propuesta de la responsable autonómica.
Escenario ideal
Para Huete, la capital de la Costa Blanca podría ser el escenario perfecto para albergar un plan pionero contra la oferta desleal, que viene amenazando al sector turístico desde hace unos años y cada vez con más fuerza. Un proyecto que, de salir bien, podría extenderse a otras zonas con idéntica problemática. Su planteamiento contentó al público asistente. De hecho, tanto desde el sector de los apartamentos turísticos, como desde el hotelero, vienen reclamando a las administraciones públicas una mayor implicación para frenar la amenaza que constituye la oferta sumergida. De hecho, los alojamientos reglados no han alcanzado este verano las cifras récords que se esperaban en lo relativo a ocupación. El cliente español, y el portugués, han experimentado una notable caída en sus reservas con respecto a la temporada alta de 2015. Un cambio de tendencia que los empresarios achacan al desvío de clientes a las plazas ilegales.
