Quienes practican Salto BASE reconocen que el suyo es un deporte extremo difícil de entender para cualquiera que no lo haya practicado. Y, si no, que se lo pregunten a los vecinos de la avenida de Adolfo Suárez de Benidorm, en la Vía Parque, que la noche del martes fueron testigos de cómo al menos seis personas se lanzaban al vacío desde la azotea de un edificio, coincidiendo con la final del campeonato internacional de esta modalidad, que está a la espera de poder disputarse en el Gran Hotel Bali.

«Eran más de las diez de la noche y escuchamos un ruido fortísimo, como si se hubieran chocado dos coches. Salimos asustados al balcón y, entonces, vimos que era gente que estaba saltando con paracaídas desde el edificio de enfrente», relató ayer uno de los testigos de esta polémica hazaña. Al parecer, según su testimonio, debieron colarse para acceder al inmueble y, conforme iban aterrizando en el suelo, «recogieron rápidamente los paracaídas, se subieron en dos coches negros de alquiler y se fueron a toda velocidad», probablemente, para evitar ser cazados por la Policía.

Los residentes, que afirman que no es la primera vez que ocurren estos hechos, criticaron que la gente que salta no es consciente del peligro que su comportamiento puede conllevar a otras personas. «Esto es una zona donde vive mucha gente, te puedes caer encima de alguien o estamparte contra mi casa. ¿Qué pasaría entonces?», se preguntó una de las residentes, que grabó todo lo ocurrido en vídeo.

Desde la organización de la prueba de Salto BASE del Bali reconocieron tener conocimiento de los hechos pero se desvincularon, afirmando que lo hacen de forma particular y nada tiene que ver con el campeonato. «Lo hacen bajo su total responsabilidad, porque, al final, saltar es su vida y Benidorm es como un caramelo con tantos rascacielos», afirmaron.