Con la devolución de las banderas y estandartes de las filaes al Casal Fester, ubicado en la primera planta de la Casa de Cultura, ayer por la tarde acabaron oficialmente las fiestas de Moros y Cristianos que, desde el pasado viernes, se han vivido intensamente en Altea con la participación de más de cinco mil personas en las entradas mora y cristiana celebradas el pasado sábado y anteayer.

Los festeros comieron en sus kábilas y cuarteles, y pasadas las 16 horas se concentraron en la Plaça del Llavador para dirigirse hacia el Casal en pasacalles pasando por las calles Comunitat Valenciana, Generalitat Valenciana, Garganes, Jaume I y Pont de Moncau. Llegados al Casal, los abanderados de cada filà depositaron sus enseñas flanqueados por los cargos festeros: los reyes moro y cristiano, Toni Domènech y José María Sellés; las abanderadas mora y cristiana de la Federació de Moros i Cristians Sant Blai, Clara Zaragozí y Marta Lloret; los alféreces mora y cristiano, María Llinares y Javier Lloret; las embajadoras mora y cristiana, Marian Sivera y Mari Paqui Rostoll; y los abanderados mora y cristiano, Aray Hinojosa y José Javier Sánchez. Mientras, en la calle, los festeros bailaban al compás del himno de los Moros y Cristianos de Altea, el pasodoble «Ida y Vuelta» del maestro Pérez Devesa, que interpretaron las bandas de música como fin de fiesta. Las fiestas sólo han sufrido el incidente del incendio, supuestamente intencionado, de la carroza de la abanderada mora ocurrido el pasado lunes.