El último tramo que quedaba pendiente para completar la urbanización de la avenida de Beniardá, en su parte más próxima a El Cruce, ya se ha abierto en su mayor parte al uso peatonal, tras las obras que han permitido eliminar el antejardín del Hostal Roca y ampliar la acera hasta los 6,83 metros de ancho, casi seis veces más de lo que había antes. La concejal de Urbanismo, Lourdes Caselles, ha indicado que el Plan General de 1990 preveía una avenida de Beniardá libre de antejardines en su acera izquierda -en sentido de subida-, algo que hasta ahora no se había podido cumplir.

Asimismo, Caselles recordó que estas obras se iniciaron el pasado 19 de septiembre, después de que el Ayuntamiento cerrara un acuerdo expropiatorio con los propietarios del Hostal Roca para incorporar a la vía pública un espacio de 136,20 metros cuadrados que era de uso privativo del establecimiento, y que reducía la anchura de la acera a menos de un metro.

La edil incidió ayer en que «estábamos muy interesados en ejecutar esta obra», ya que la estrechez de la acera comprometía la seguridad y el tránsito de los peatones, sobre todo de las personas con movilidad reducida o con carritos de bebé que «tenían que bajar a la calzada» para recorrer ese tramo, de unos 20 metros lineales.

A falta de acabar una rampa

En estos momentos, «las obras están prácticamente acabadas, a falta de ejecutar una pequeña rampa que va a sustituir la escalera que había antiguamente», como ayer pudieron comprobar el alcalde, Toni Pérez; el concejal de Escena Urbana, José Ramón González de Zárate; y la propia Caselles. Una vez hecha esta rampa, «la avenida Beniardá será 100% accesible», destacaron todos ellos.

Por último, la responsable de Urbanismo remarcó que «en menos de 15 días estas obras son una realidad y todos los vecinos han visto que sus peticiones han sido escuchadas y que la avenida por fin tiene toda la amplitud que marca el Plan General».