El grupo municipal Ciudadanos (C's) dejó ver ayer su buena sintonía con el PP, que gobierna en minoría en el Ayuntamiento de Benidorm, con tan sólo ocho ediles, lo que le obliga a buscar constantemente el apoyo de los grupos sentados en la bancada de la oposición. Un respaldo que, desde hace tiempo vienen encontrando en Ciudadanos por Benidorm (CBM) y que cada día se ve reforzado por parte de C's.

De hecho, en el pleno de ayer PP y C's votaron, prácticamente, todos los puntos en el mismo sentido. El escollo de la jornada lo representaba la controvertida propuesta de Ciudadanos (C's) para pedir la incorporación de placas en castellano, en aquellas calles del centro de la ciudad turística donde sólo aparecen en valenciano.

Una moción que, a priori, iba a ser debatida pero que, sin embargo, el grupo municipal que lidera el edil Rafael Gasent decidió retirar del orden del día para evitar polémica. Así lo admitió el propio representante de la agrupación, quien insistió en que con su petición no había buscado molestar a nadie a pesar de que tuvo el efecto contrario.

Con la retirada de su propuesta sobre los nombres de las calles, C's se ahorró una polémica y a la vez logró estrechar aún más sus afianzados lazos con los populares que, a la larga, podrían permitirle obtener la victoria que no le dieron las urnas.

Con su alianza tumbaron en el pleno de ayer la propuesta de Compromís-Los Verdes para introducir la zona naranja en la ciudad -enmendada por el PSOE y Liberales- y rechazaron la moción sobre Armanello para luego pedir una comisión, en el mismo sentido, que sí fue aprobada.