El proceso de elaboración de los potitos es artesanal de principio a fin. Ellos mismos compran los productos a proveedores certificados, pelan y cortan a mano las frutas y verduras, hacen caldos como base de los purés, y, en muchos casos, se encargan también de la distribución. Además, someten todos los tarros a un proceso para asegurar su esterilización y conservación. Introducen alimentos poco frecuentes en potitos, como el brócoli o el mango, y dan la posibilidad de encargar tarritos a la carta.