Benidorm sigue pendiente de una solución que no llega para un sector clave en el futuro de la ciudad que, sin embargo, está en el aire. Mientras, la degradación y la inseguridad siguen adueñándose de Armanello pese a encontrarse en pleno Rincón de Loix, una de las partes más turísticas de la ciudad de los rascacielos. La imagen de pequeñas casas de campo abandonadas a su suerte y ahora ocupadas por familias en riesgo de exclusión social contrasta, y mucho, con la otra cara de la capital de la Costa Blanca, situada a escasos metros. De ahí que el PSOE, Compromís y Liberales hayan vuelto a presentar una moción conjunta para exigir al gobierno local popular una actuación inmediata que ponga fin a un problema que viene de largo.
Hace más de tres lustros que se aprobó el plan Armanello. Pero los diferentes procedimientos judiciales abiertos en torno a este plan parcial, encargado al empresario alicantino Enrique Ortiz, paralizaron su desarrollo hasta que, hace algo más de un año, se le retiró de forma definitiva la condición de agente urbanizador, tras muchas idas y venidas, lo que por ende obligó a desprogramar todo el proyecto previsto sobre la zona.
Un paso necesario que a la vez abrió una serie de incógnitas sobre el futuro de una de las principales bolsas de suelo urbano de la ciudad de los rascacielos que, a día de hoy, siguen sin respuesta. De quién dependerá la gestión del plan, cuándo se iniciará el derribo de las viviendas, qué pasará con las personas que ahora habitan de forma irregular en estas antiguas casas de campo... Son solo algunas de las dudas que siguen en el aire mientras la inseguridad sigue más que presente en la zona. De hecho, hace escasos días un pequeño incendio declarado en lo que antaño fue una piscina volvió a poner de manifiesto el riesgo que corre esta parte de la ciudad.
Por todo ello, socialistas, liberales y nacionalistas han vuelto a presentar una moción, que se debatirá el próximo lunes en pleno, para urgir al gobierno local a poner fin a la degradación de la zona, por una parte, y esclarecer las dudas sobre el futuro de una de las principales bolsas de suelo que quedan por desarrollar en la ciudad turística. Estos mismos grupos ya presentaron hace unos meses una propuesta similar pidiendo que las viviendas que quedan en pie, que debería haber derribado Ortiz, fueran declaradas en ruina para proceder a su demolición y, después, realojar a los actuales inquilinos de las mismas. Sin embargo, la edil de Urbanismo descartó la propuesta al señalar que era necesario realizar un estudio previo.
Un estudio que, por ahora, no ha concluido aunque la concejal Lourdes Caselles ya adelantó que tras una inspección ocular los técnicos no observaban una ruina inminente, postergando así su derribo. También se desconoce si resultará viable que el Ayuntamiento asuma la gestión directa del desarrollo del sector, como se planteó tras la anulación del proyecto adjudicado a Ortiz. Un sinfín de incógnitas para las que aún no hay respuesta, como admitió la edil de Urbanismo a este diario, quien señaló que está pendiente de recibir nuevos informes técnicos.
Control del suelo
Además del foco de inseguridad que representa la zona, la portavoz de Liberales, Gema Amor, manifestó sus temores sobre el futuro control del suelo. «La pasividad del gobierno local nos genera dudas sobre si se está intentando beneficiar a alguien. Si Ortiz adquiere el 51% del terreno se hará con el control del suelo», advirtió la liberal. Por su parte, el representante de Compromís, Josep Bigorra, insistió en la necesidad de aclarar ya si el Ayuntamiento asumirá la gestión del plan parcial mientras que el portavoz socialista, Rubén Martínez, manifestó que con la moción esperan dar una solución definitiva a la insostenible situación de Armanello. «Es una zona sin ley donde se construyen y explotan económicamente chabolas y hasta un parking ilegal y se utilizan las piscinas como incineradoras», lamentó.
