La llegada del otoño a Benidorm trae consigo un aumento de visitantes internacionales, especialmente de nacionalidad británica, y con ellos regresa también uno de los problemas que lastra desde hace años a la ciudad: la falta de civismo por parte de los turistas y las quejas vecinales. El establecimiento de ocio Tiki Beach, en pleno paseo de la playa de Levante, se ha convertido ya en un ejemplo claro de este conflicto. Y el pasado fin de semana, la Policía Local terminó sancionándole por permitir a sus clientes la salida de vasos de cristal a la calle, que a la postre terminan dejando una de las zonas más transitadas de la ciudad plagada de restos de vidrio, como puede observarse en la fotografía que acompaña a esta noticia.
No hay que olvidar la polémica situación que atraviesa el local de ocio en cuestión. Tras la apertura de un procedimiento judicial para decidir sobre la actividad del mismo a raíz de las denuncias vecinales, un juez falló a favor del cierre del Tiki Beach. Una decisión que ratificó hace unos meses la Audiencia Provincial y que, en estos momentos, está en manos del Tribunal Supremo (TS) después de la que propiedad del establecimiento recurriera la sentencia ante este órgano judicial.
Así las cosas, el local de ocio emplazado frente a la playa de Levante sigue abierto al público a la espera de que el TS se pronuncie sobre su futuro. No obstante, en el presente sigue siendo fruto de la polémica. Como explicaron ayer a este diario fuentes de la concejalía de Seguridad de Benidorm, la Policía expedientó al bar el pasado viernes ante el aumento de gente que bebía en plena calle y a media tarde en vasos de cristal pese a tratarse de una de las zonas más transitadas de la ciudad.
