Sergi, Xabi y otros 33 menores que cursan segundo ciclo de Infantil y Primaria en el colegio público Francisca Ruiz Miquel (La Torreta) de La Vila Joiosa se perderán este año los trayectos que hasta ahora compartían en el autobús que cogían todas las mañanas desde la otra punta de la localidad para ir a la escuela. La Conselleria de Educación ha decidido este año suprimir la línea de transporte que todos estos menores venían utilizando cursos atrás, al considerar que no hay suficientes alumnos que vivan a más de tres kilómetros de distancia en línea recta para mantener el servicio.

La medida, que según las familias les fue comunicada un día antes de empezar el curso, «cuando ya no podíamos dar marcha atrás u optar por llevar a los niños a otros colegios», ha dejado «colgados» a muchos padres y madres del municipio que, o bien trabajan y les resulta casi imposible poder llevar a sus hijos al centro o bien no tienen coche o carné de conducir para llevarlos. La única alternativa que les queda a muchos de ellos es cubrir a pie un trayecto de entre 25 y 30 minutos, en el mejor de los casos, para ir y volver al colegio o solicitar una plaza en la línea que tiene el Ayuntamiento, que cuesta 40 euros mensuales por niño, una cifra «que muchos de nosotros no nos podemos permitir», explican indignadas las madres.

La supresión de esta línea es todavía más sangrante en algunos casos. Por ejemplo, en el de tres menores que padecen distintos tipos de discapacidad -uno nació prematuro, con una parálisis cerebral que le ha dejado importantes secuelas en su movilidad; otro tiene problemas de visión y el tercero es autista- y que tuvieron que matricularse en La Torreta por un dictamen de la Conselleria, dado que en los colegios más cercanos a sus hogares no había maestros de Educación Especial para atender sus necesidades.

Igualmente, otros menores fueron derivados a este centro al no haber plazas vacantes en colegios como el Gasparot o el Poble Nou, que están a escasos minutos de sus domicilios, pero en los que en su día se quedaron en lista de espera.

Ante esta situación, las familias exigieron ayer a la Generalitat una explicación «convincente, que dé la cara y que nos diga por qué nuestros hijos no tienen derecho a un autobús, si siempre lo hemos tenido y vivimos a la otra punta del pueblo». Y, además, «que les dé una solución a nuestros hijos».

Respuesta: Sólo 2 cumplen

El equipo directivo del colegio explicó ayer que, en cumplimiento estricto de los criterios de la Conselleria para mantener el transporte, sólo dos de los 35 alumnos que solicitaron la beca cumplían el requisito de vivir a más de 3 kilómetros. Rita Guardiola, la directora, señaló que para evitar la supresión del transporte el propio centro contrastó los datos con un buscador por Internet y la cifra se elevó a 11 alumnos, aunque Educación exige que haya un mínimo de 15 niños para mantener la línea. Por ello, cree que es «difícil» recuperarla.