Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un museo para ver, oler y tocar en La Vila

Vilamuseu prevé abrir sus puertas en octubre, más de un año después de recepcionar las obras

Un museo para ver, oler y tocar en La Vila

Un edificio totalmente innovador albergará los tesoros de La Vila, algunos de ellos con más de dos mil años de antigüedad. Un año después de que se recepcionaran las obras y se inaugurase el inmueble, Vilamuseu echará a andar. Ubicado en la calle Colón, en el antiguo colegio Esquerdo, se ha convertido en una de las instalaciones culturales más accesibles del mundo.

Aún quedan piezas por colocar y las colecciones expuestas al público en sus primeros meses de vida serán temporales. La luminosidad y los espacios totalmente abiertos son los elementos que primero llaman la atención al comenzar la visita. Éstos y los colores, con intensos contrastes rojos y blancos. El hormigón, de tonalidad terracota, se ha escogido para mejorar la experiencia de personas con trastornos psíquicos y favorecer un ambiente acogedor.

«Queremos ser un museo abierto, que la gente pueda tocar y oler las piezas, que tengan un gran contacto con lo que exponemos y con el equipo científico». Así explica su concepción de Vilamuseu el director de la institución, Antonio Espinosa.

Para lograr estos objetivos, entre muchos otros detalles, se han recreado algunas de las piezas. El visitante no sólo podrá verlas en un escaparate, sino que también las podrá tocar, palpar, conocer su tamaño y peso. Ejemplo de ello es una espada del siglo IV aC o las joyas fenicias del siglo VI aC. Pero también se podrá sentir el aroma de las piezas. Este es el caso del líquido que funcionaba como impermeabilizante en las ánforas del pecio romano del siglo I aC Bou Ferrer, hundido a mil metros de las costas vileras. Una muestra de este «brebaje» se expone en el museo y se puede oler.

El paseo por el nuevo museo de La Vila se podrá realizar de forma conjunta por aquellos visitantes que tengan o no una discapacidad física. Las rampas conectan las plantas superiores y los ascensores dan acceso a los laboratorios de trabajo. Además, se disponen múltiples zonas de descanso para aliviar la fatiga «física y mental», tal como subraya el director.

Los científicos

Vilamuseu cuenta con un ingente patrimonio cultural, por citar algunos ejemplos se pueden señalar los amuletos y la cantimplora de Año Nuevo egipcios (s. VI aC), la inscripción del mercado romano (s. II), el vaso ibérico del Umbral de Más Allá (s. I aC), el vestido redondo (1790), el sonajero de Somnus (s. I), el colador etrusco de vino (s. VI aC) o las copas griegas de figuras negras (ha. 500 aC). A ello se suma la vertiente de arqueología naval que recoge el trabajo que se realiza en el yacimiento del Bou Ferrer, el mayor buque mercante romano que se ha encontrado en el mar Mediterráneo. Por ello, son muchos los proyectos de investigación y las universidades que trabajan y colaboran con Vilamuseu. «Queremos que quienes nos visiten sepan qué se está investigando, quién y durante cuánto tiempo».

Así, los visitantes podrán recorrer el laboratorio, hablar con los científicos y conocer los futuros descubrimientos históricos en lo que se está trabajando.

Si bien este nuevo edificio abrirá sus puertas el próximo mes de octubre, la actividad de Vilamuseu no ha cesado, a través de talleres, conferencias y visitas guiadas como la que se realizó ayer mismo en el marco de las inmersiones que se realizan al Bou Ferrer. Además, en octubre, el museo, junto con el Marq, organiza III Congreso Internacional de Educación y accesibilidad en museos y patrimonio.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats