Una experiencia inigualable y que lleva a muchos a repetir. Las visitas guiadas al pecio Bou Ferrer, que se encuentra sumergido a una milla de distancia de la costa de La Vila Joiosa comenzaron esta semana y se prolongarán durante los fines de semana de todo el mes de septiembre.

Una veintena de personas se sumerge a algo más de diez metros de profundidad para poder observar los restos de la gran nave mercante del siglo I d.C. y conocer los secretos que esconde este reconocido yacimiento arqueológico. Acompañados por un miembro del equipo investigador, los visitantes pueden ver y tocar los materiales del pecio. Estas nuevas visitas corresponden a la cuarta campaña que se realiza para dar a conocer el yacimiento.

Las plazas para esta singular excursión se suelen reservar con un mes y medio de antelación aproximadamente y están limitadas, de hecho, según informaron miembros del equipo, muchos interesados en realizarla se quedan fuera. Previa inmersión, los visitantes asisten a una charla de aproximadamente dos horas en el museo donde se exponen los datos que hasta ahora se conocen sobre el naufragio.

De hecho, las labores de investigación que se retomarán en el próximo mes de octubre pretenden dilucidar los motivos por lo que esta gran nave mercante no alcanzó la costa vilera. Lo cierto es que el pecio, que transportaba un cargamento de 2.500 ánforas que contenían una salsa de pescado, se encontraba fuera de su ruta habitual en el momento del naufragio. Su posición y su excelente estado de conservación convierten al Bou Ferrer en un yacimiento único en todo el Mediterráneo.