Cerró sus puertas con récord de público y ahora, los datos, constatan que fue también un festival de récord en ingresos para la ciudad. El director del Low Festival, José Manuel Piñeiro, presentó ayer en Benidorm los resultados de un estudio socioeconómico encargado por el festival a una consultora externa y datos de la agencia de medición de medios líder del país, Kantar Media, que reflejan que el evento generó un impacto sobre la ciudad cercano a los 14 millones.

En concreto, los cerca de 78.000 asistentes durante las tres jornadas del Low y el concierto previo que se celebró en la playa de Levante, realizaron un gasto medio diario fuera del recinto de unos 114 euros en alojamiento, restauración, tiendas, taxis, etc., lo que arroja un impacto de 9,2 millones de euros en ingresos directos para la ciudad, según la organización. A ello se sumarían otros cinco millones que habría generado la aparición del evento en distintos medios durante los meses previos y la celebración del festival, por lo que la repercusión global del mismo se habría incrementado en casi un millón de euros con respecto a los resultados de 2015.

Entre las conclusiones que arroja el estudio, destaca el hecho de que el 66% del público procede de fuera de la provincia de Alicante, con Madrid como mercado mayoritario, mientras que el 32% de los mismos pasa cuatro días o más en la ciudad y un 53% se limita a los tres días del festival. Asimismo, siempre según los mismos datos, sólo un 12% de asistentes optó por el camping como alojamiento, mientras que el 72% se hospedó en un hotel o en un apartamento.

A la vista de estos resultados, tanto Piñeiro como el alcalde de Benidorm, Toni Pérez, destacaron que la «fórmula Benidorm-Low funciona», tras haber marcado «un nuevo techo» en su sexta edición en la ciudad y confiaron en poder volver a repetir los mismos resultados para 2017.

En este sentido, el promotor del Low avanzó que la previsión de la empresa pasa por anunciar las primeras incorporaciones al cartel el próximo mes de octubre, aunque indicó que la venta anticipada está funcionando muy bien y que ya se han vendido varios miles de entradas para la próxima edición, sin «ni siquiera haberse anunciado una sola banda».

Con respecto a los objetivos en cuanto a organización, José Manuel Piñeiro señaló que uno de los retos es incorporar actividades enfocadas a niños y a público familiar, después de constatar que muchos «lowers» acuden ya al festival con sus hijos, en concreto, entre 300 y 500 menores en las últimas ediciones. «Es un festival que se presta a ello y un público por el que queremos apostar», manifestó.