El Ayuntamiento de Benidorm ha ordenado la no utilización y desalojo de los bloques de las antiguas viviendas de maestros del colegio público Leonor Canalejas, después de que un informe encargado a la Universidad Politécnica de Valencia haya resuelto que existen daños en su estructura que desaconsejan el uso de estos inmuebles. Así lo ha anunciado este mediodía el alcalde y edil de Educación, Toni Pérez, quien ha indicado que el Consistorio va a ejecutar de urgencia unas obras para que el centro pueda seguir prestando servicio de comedor durante el curso que se inicia la próxima semana.

El bloque en el que se encuentran estas antiguas casas alberga en su planta baja la cocina y el comedor escolar, además de otras viviendas en plantas superiores que tienen otros usos educativos y municipales. Entre ellos, una de las estancias sigue en la actualidad ocupada por un maestro, mientras que en otra tiene su sede la Agrupación Local de APAs de Benidorm, se emplean como almacén y en el bloque anexo se ubica el Vivero de Empresas Municipal. El resto de viviendas, construidas a mitad de los años 60 como casas para los maestros de la escuela, se encuentran si uso desde hace décadas.

La zona del comedor se encuentra apuntalada desde el mes de junio, cuando la UPV avanzó daños en la estructura que ahora se han corroborado en su informe. A partir de ahora, una vez que se ha ratificado el mal estado de la construcción, todas estas dependencias deberán dejar de utilizarse de manera inminente, ha manifestado el alcalde, aunque ha matizdo que «no existe riesgo urgente de derrumbe, sino que el desalojo podrá realizarse de manera paulatina».

Además de su no utilización, entre las medidas acordadas conjuntamente por Ayuntamiento, Dirección Territorial de Educación y el consejo escolar del centro figura el traslado del comedor del Leonor Canalejas al edificio en el que se ubican las aulas de Primaria, en concreto, en la primera planta, en el espacio que ahora ocupa el salón de actos.

Según Pérez, el Consistorio va a ejecutar unas obras de emergencia para acondicionar todo lo necesario para poder atender a los alumnos que se quedan al comedor a partir del 12 de septiembre, cuatro días después del inicio oficial del curso. Asimismo, el primer edil ha manifestado que, con estas obras, el centro podrá continuar prestando el servicio, aunque perderá la cocina y lo hará a través de una empresa de cátering.

Posterior derribo

Una vez que todas las viviendas del bloque estén vacías, el siguiente paso será acometer el derribo de este ala del Leonor Canalejas. Según Pérez, tanto el Ayuntamiento como el consejo escolar del colegio han instado esta mañana a la Conselleria de Educación a que esta demolición se lleve a cabo «en el plazo más breve posible», con la idea de que su ejecución se pueda desarrollar a lo largo del curso 2016-2017. Asimismo, han solicitado que se destine una partida de emergencia para la construcción de un nuevo espacio, que permitiría recuperar la cocina, el comedor escolar y otros servicios, como por ejemplo un gimnasio, ha señalado Toni Pérez.

El también edil de Educación ha manifestado que, en el caso de que la Conselleria no pueda acometer el derribo, el Ayuntamiento podría asumir los costes del mismo en cuanto se le conceda autorización, se redacte un proyecto y haya presupuesto para ello, aunque ha afirmado que «nos pondríamos a trabajar para que fuera lo antes posible».

No obstante, sí ha reclamado a la Conselleria voluntad para que, una vez que se produzca la demolición, la nueva edificación «se inicie en el menor plazo posible y pueda comenzar a disfrutarse en el curso 2017-2018».