Es la segunda mañana consecutiva que David acude a las puertas de la oficina del DNI de Benidorm. Ha perdido el documento hace unos días y le urge tener uno nuevo. Son las 10.30 horas de un cálido viernes de agosto. Hace apenas una hora y media que se han abierto las puertas de la misma. Pese a ello, este benidormense ya ha perdido toda esperanza de que esa mañana pueda zanjar el asunto.

«Tendré que volver la próxima semana», se resigna. Esta es la desesperante situación a la que se enfrentan decenas de personas cada día en la capital de la Costa Blanca.

Las fuentes consultadas por este diario explican que la falta de personal obliga a cerrar la sede por las tardes durante el presente mes de agosto. Como consecuencia, la oficina deja de emitir citas previas en plena temporada alta lo que va generando un tapón que, en estos momentos, ya ha elevado a dos meses la lista de espera en la ciudad para renovar el Documento Nacional de Identidad (DNI) o el pasaporte.

No obstante, la demanda de estos trámites se eleva en verano ante la llegada de turistas que extravían el DNI o el numeroso porcentaje de vecinos que, a pocas semanas de iniciar sus vacaciones fuera del país, caen en la cuenta de que su pasaporte ha caducado. Ante este panorama, la única alternativa que les queda a los interesados es hacer cola desde la noche anterior para ser uno de los cerca de 20 afortunados que cada mañana logran hacerse un hueco y realizar el trámite sin cita previa.

Odisea

Así las cosas, muchos optan por pasar la noche en vela frente a la oficina del DNI de Benidorm para acabar con la odisea en la que se ha convertido realizar el trámite. Con suerte, al segundo o tercer intento algunos logran la ansiada renovación. Es el caso de Pere. Tras acudir hasta en tres ocasiones previas, por fin, el pasado viernes veía la luz al final del túnel. «Llevo aquí desde las cinco de la mañana haciendo cola, pero sé que los primeros en entrar llegaron a la una de la madrugada», relata este vecino de Benidorm. Sin embargo muchos otros se quedan a las puertas del cielo. Como David, el chico que por segunda vez consecutiva veía como no obtenía número durante la mañana del pasado viernes. ¿El motivo? Había llegado a las cola a las nueve de la mañana. Demasiado tarde.

La falta de personal es, en parte, la culpable de esta situación. De hecho, según las fuentes consultadas por este diario, en estos momentos son los propios policías nacionales los que se encargan de realizar estas tareas administrativas. Lo que, a la vez, genera una merma en la seguridad de la capital de la Costa Blanca. Hay que tener en cuenta que, en realidad, solo una pareja de agentes debería estar en la oficina pero la carencia de funcionarios en temporada alta obliga a destinar hasta a seis policía más a estas tareas en lugar de vigilar las calles.