Cuatro millones de euros públicos por una parcela de 4.100 metros cuadrados. Este será finalmente el resultado de la polémica expropiación de la finca Bergia, enclavada en el corazón del futuro parque de Foietes, después de que el alcalde de Benidorm, el popular Toni Pérez, se apoyara ayer en un informe de conselleria que aconseja derribar la emblemática construcción para descartar la rehabilitación de la misma. El peor de los desenlaces después de que el Ayuntamiento benidormense destinara una cifra millonaria para la compra forzosa de la citada finca.

Como se recordará, el valor inicial de la expropiación se fijó en 270.000 euros. Pero tras muchos litigios judiciales, los tribunales dieran la razón al propietario de la finca Bergia y condenaron al Ayuntamiento de Benidorm a pagar la astronómica cantidad de cuatro millones de euros por la finca, que estaba afectada por el planeamiento urbanístico al estar levantada en el futuro parque de Foietes. El coste final terminó multiplicándose por 10 y alcanzó los 4,1 millones de euros.

Con todo, el procedimiento fue tan polémico que el Consistorio benidormense llegó a crear una comisión para investigar el proceso. Un trámite que se zanjó sin depurar ningún tipo de responsabilidades.

Pese a ello, la intención del gobierno local era salvar esta finca e integrarla en el nuevo parque de Foietes. De hecho, el PP incluyó en los presupuestos del presente ejercicio una partida de 40.000 euros para la restauración de la casa Bergia. Una proyecto que, sin embargo, se borrara del presupuesto según explicó ayer el alcalde. Finalmente, los fondos reservados para reformar el emblemático edificio se destinarán a la creación de un espacio polivalente en el centro Llorca Linares, una vez aprobada la correspondiente modificación de crédito.

Pérez se apoya en un informe de conselleria que aconseja el derribo de la casa Bergia para descartar su reforma. «La intención era rehabilitar la finca para darle un uso ligado a la concejalía de Bienestar Social. Sin embargo, los informes encargados por los responsables de la obra del parque de Foietes concluyen que "no existe ninguna razón económica para adaptar y reutilizar la estructura del inmueble"», apuntó ayer el primer edil benidormense, quien también recalcó que el documento indica que «la finca no reúne las condiciones mínimas de seguridad para ser utilizado» y que «el 87% de la estructura debería ser jubilada o sustituida». Por todo ello, el alcalde descartó llevar a cabo un proyecto de rehabilitación en la misma. No obstante, fuentes de conselleria de Obras Públicas consultadas por este diario indicaron que el estudio iniciado sobre la casa Bergia todavía no ha concluido.

Por su parte, la portavoz de Liberales, Gema Amor, criticó la actitud del alcalde. «Está apoyándose en la Generalitat para no dar la cara», censuró a la vez que denunció el incumplimiento de sus promesas y le emplazó a replantearse la decisión para evitar la demolición de la finca, al tratarse de un edifico emblemático.