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Benidorm

«Nuestros castillos se fotografiaban hasta 500 veces en un día»

José Luis Pazo, un artista que creaba estas figuras, pide al Ayuntamiento que le deje trabajar

José Luis Pazo este viernes en la playa de Levante, donde antes construía las figuras de arena José Palazón

José Luis Pazo llegó a Benidorm desde Galicia hace casi 20 años. En esta ciudad aprendió el oficio que le permitió ganarse la vida durante dos décadas: construir figuras de arena. La playa de Levante era el rincón donde, junto con otros dos artistas, exhibía un trabajo que, tal como relata, le hacía sentirse «cómodo y orgulloso».

El Ayuntamiento de Benidorm decidió este año no solicitar a Costas el permiso requerido para ocupar la zona de las playas del municipio destinadas a las figuras de arena, al considerar esta actividad como «no necesaria» dentro de las que se ofertan en la localidad, tal como publicó INFORMACIÓN.

«Después de insistir durante semanas, a principios de julio nos informaron que no se permitirían los castillos en la arena, no pedimos más que nos dejen ganarnos la vida», explica Pazo.

Este artista, tornero de profesión, asegura que llegó a contabilizar cuántas imágenes se tomaban de las esculturas. «Quizá en un día se hacían 500 fotos, sé que la gente no viene a Benidorm por los castillos de arena, pero sin duda era uno de los elementos más fotografiados de la ciudad», declara.

Pazo recuerda que fue en el año 2000 cuando se estableció un canon por la explotación de esta actividad que los artistas pagaban al Ayuntamiento. Afirma que comenzaron abonando 600 euros cada uno y que esta cantidad aumentó hasta los 2.200 euros. «Siempre he estado de acuerdo con que se pague el canon, no me importa, pero queremos trabajar», reitera.

En este sentido, asegura que está dispuesto a cumplir cuantas normas se le impongan por parte del Ayuntamiento, como, según manifesta, ha venido haciendo hasta ahora. «Nos pidieron que pusiéramos unos cajones para recoger las monedas que nos dejaba la gente, que rodeáramos las figuras con unos cordones determinados, todo lo hemos cumplido a lo largo de estos años», señala.

Así, rememora cómo sugirió al Ayuntamiento que se hiciera una conexión de agua para realizar las figuras, conectada al lavapiés, una solución que eliminó los numerosos cubos de agua que utilizaban y las molestias para los bañistas con los «viajes» desde la orilla hasta el paseo. «También dejamos de quemarnos los pies con la arena», añade sonriendo.

Un mes durante ocho o diez horas diarias. Este tiempo es el que invertían artistas como Pazo en construir los castillos o figuras de arena, una actividad que pide volver a realizar.

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