Cifras de récord. Más de 75.000 personas en un sólo fin de semana en Benidorm. El motivo: la música, el Low Festival. Pero un evento que cada año se consolida en el calendario de los festivales a nivel nacional no causa la misma sensación en todos los residentes de la ciudad. La alegría de los hosteleros contrastó ayer con las numerosas quejas vecinales de los residentes de Foietes, en los alrededores del festival.

«En los servicios se ha notado muchísimos más clientes, jóvenes a partir de los 25 años, y cada año el impacto económico es mayor en el sector hostelero de la zona de Foietes», explicó ayer el presidente de Asociación de Bares, Restaurantes y Cafeterías (Abreca), Javier del Castillo.

Si bien aún no se dispone de cifras, el máximo representante de los hosteleros en la ciudad avanzó que el Low Festival permite diversificar la oferta de sol y playa de Benidorm, con muy buenos resultados en tan sólo tres días.

Por el contrario, las redes sociales fueron el epicentro de las quejas de los vecinos del barrio de Foietes y Colonia Madrid. Ruidos, suciedad, botellón fueron las denuncias de los residentes y no sólo de la zona más próxima al festival. «Cómo se puede escuchar el Low desde mi casa? Madre mía que les paguen un hotel a los que viven en Foietes, se estarán volviendo locos», publicaba una vecina en Facebook. Otros afirmaban: «Todos los que vivimos en la parte alta de Benidorm no tenemos derecho a dormir?», o bien: «Me quiero morir, ya no sólo han sido los conciertos, era la gente borracha montando follón toda la santa noche, en serio, ganas de llorar tengo...».

Desde el Ayuntamiento, por otra parte, afimaron ayer que no se han registrado incidentes en los que haya tenido que intervenir la Policía Local. Las mismas fuentes indicaron que el público del Low Festival no suele causar altercados ni peleas.

En relación a las quejas vecinales, las citadas fuentes manifestaron que se registró más o menos el mismo número de denuncias que ediciones anteriores de este multitudinario evento.